viernes, 25 de febrero de 2011

La crisis del 8vo mes ¿es contagiosa?


Hace unos días que Joaco no anda del todo bien. Llora, llora y llora. Espacialmente cuando me voy. Pero no sólo cuando salgo de casa. Sino que llora desconsoladamente si me voy 2 minutos a la cocina, si lo dejo para ir al baño y hasta si paso de su pieza a la mia. Después de navegar por varias páginas y leer notas, deduzco que el pequeño rey de la casa está pasando por la Crisis del 8vo mes. Algo que parece que les pasa a muchos bebes (no a todos, pero como es crisis y somos argentinos seguro que a nosotros nos toca) cuando empiezan a moverse (gatear, pararse, dar pequeños pasitos) y a explorar el mundo que los rodea, porque se dan cuenta de que ellos son una persona y su mamá otra, ya que hasta ese momento él creía que los dos éramos uno.
Pero, ¿qué siente una en esos momentos? La crisis de la crisis. Porque por un lado te sentís la Superpoderosa de las madres. Sólo vos podés calmar su llanto, podés hacerlo reír a carcajadas, calmar su ansiedad, hacerlo dormir, ser objeto de todas sus miradas... Vos hoy lo hacés feliz. Lo completás. (eso es refuerte!) Pero a la vez (sí, siempre después de un piropo hay un pero) esa criturita te hace saber a fuerza de llanto (su forma de comunicación básica) que no está para nada de acuerdo con que vos trabajes fuera de casa. Tampoco quiere que cocines (ni que pidas delivery si él no te ve), ni que vayas al gimnasio, ni ahí que te depiles, salgas de compras sin él y mucho menos bañarte si él no duerme.
Esto obviamente repercute terriblemente en tu vida cotidiana porque si por tu bebé fuera, el volvería a meterse adentro tuyo unos 9 meses más, para no separarse nunca más de vos. A ver si me entendés, no es que sea tu fan, es el presidente de todos tus clubes de fan y está dispuesto a TODO por conseguirlo. Llorar a lágrima partida, patalear como si estuviera en aqua gym, hacer escándalo en la vía pública (hasta que te de vergüenza), morder y en lo posible romper todo lo que caiga en sus manos… o sea… a ver… todo.
La verdad, es que si lo pensás en en frío, es super gratificante que tu bebé sienta esto por vos. Pero cuando te lo pide a su manera todos los días, se vuelve insoportable hasta para la madre más amorosa del mundo. Porque encima, generalmente le agarra esta locura, cuando todo estaba “ordenadito”. Él comía a las 7, 10, 13… dormía 8 horitas de corrido, pedía cambio de pañal cada 3 o 4 horitas. ¿Cómo es que ahora se despierta llorando a cualquier hora? ¿Cómo que sólo se calma si duerme con nosotros? ¿Cómo que ahora no quiere estar en brazos ni de papá? ¿Cómo corno se supone que una mujer normal, promedio, pueda ser empleada y madre sin tener que patearse las ojeras cada mañana?
Me volqué a la lectura para responder aunque se superficialmente estos cuestionamientos existenciales y encima, ¿qué encontré? Que todos los psicólogos, pediatras y demás “expertos en niños” se han complotado para hacer engordar mi culpa hasta límites insospechados, tirando farses como: “Si no le dedicás más tiempo va a ser inseguro”, “si no te ve o escucha se va a sentir abandonado” , “lo que hoy vive tu bebé forma su personalidad y a futuro será más o menos extrovertido”. Yo no se mi bebé, pero yo después de leerlos seguro arranco terapia! Salvo que alguna de ustedes me cuente ¿qué se puede hacer para aliviar la angustia del bebé sin hipotecar mi cansancio? ¡Gracias! ZZzzzZZZZ.

martes, 1 de febrero de 2011

Desafío


Se pone serio. Curva la boca como arquito de medio punto. Pone los ojos finitos como chinito. Levanta la cabeza, abre la boca y arranca: buaaa, buaaaa, buuuaaa, buuuaaaa, buuaaaa, buuaaaa. Te mira con cara de gato con botas de Shrek. Como no le das bola, insiste: buaaaa, buaaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaaa, buaaa. Para no escucharlo te vas. Entonces él enfatiza BUAAA, BUAAA, BUAAA, BUAAA, BUAAA. Y grita más fuerte (porque sabe que estás más lejos) BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA. Se le cae alguna que otra lágrima. Está rojo de bronca. Y sigue: BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA. Como ve que no funciona empieza a golpear cosas para hacer más ruido. BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA. Arranca la discusión con mi marido:
E: Tendrá hambre?
Y: Comió hace una hora. ¿Será sueño?
E: Dejalo que se cansa y se duerme solo.
Y: Deben ser los dientes.
E: Ya dijo el médico que falta. Quiere upa.
Y: Que se olvide. Caprichos a mi, no.
BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA, BUAAAAAA. ¡BASTA! Ganó.
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