miércoles, 22 de diciembre de 2010

Perrrrmiiiisooooooo!!!


Hace algunos años atrás, cuando todavía no estaba ni en mis planes ser madre, tenía una autoritaria idea sobre los carritos de bebes y las veredas. Que tengan un horario predefinido para salir. De 8 a 10 y de 15 a 17 los fines de semana, por ejemplo. Así podrían hacer las compras sin chocarse con nadie.
Pero todo cambió. Hoy soy yo la que camina detrás del carrito y esta nueva óptica me mostró un sinfín de personajes que pueblan las veredas porteñas.
Para empezar, Mauricio, arreglaste muchas calles pero de vereda, ni una! ¿Qué onda? ¿Te votan sólo los que tienen auto?
Después, las viejas que se cuelgan mirando al bebe dentro del cochecito, como esperando que él les haga algo. “Señora, circule por favor! Me está piqueteando la bajada a la calle, ojeando al chico y encima pretende que le haga show?
Otro especímen, son los que andan por la vereda en riel. Gente que no parece que camina, sino que rueda casi, siempre por el mismo lugar. Inalterable. No es capaz de moverse un centímetro, así se le ponga enfrente el que entrega los pedidos del super, la Mole Moli o Jessica Cirio. El tipo sigue por su senda imaginaria y ni se te ocurra hacerle frente, porque te pasa por arriba sin esbozar ni una disculpa. Obviamente para tipos como este, un carrito es trasparente. Porque va al ras del suelo, no tiene cabeza que le tire miradas con puñales, ni bíceps de patovica que lo cague a piñas, ni la voz de Narcizo Ibañez Menta para que aunque sea le pegue un susto.
Además, matizan las vísperas navideñas, todos esos renovados vendedores ambulantes que ya descaradamente okupan tres cuartas partes de las anchísimas veredas, ya colmadas de enfermos consumistas. Lo que genera que en un ráudo paso del carro por su manta, tu bebé casi sin darse cuenta ligue algún collarcito hippie, que bien le podría quedar a tu cuñada.
Ahora los peores participantes de esta fauna son los tacheros. Esos hijos de un tren y 700 vagones de putas que te ven recontracargada de bolsas, el carrito, el bebé deshidratado, hacen 42 grados a la sombra, vos le hacés seña y hace que no te ve. O peor: te para y cuando girás para subir el carro, se hace el boludo y te dice que lo llaman del radio!!! Eso no es maldad, es hijaputez! Definitivamente, si hay algo que las fiestas no son, es felices.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te aplaudo!!! es tan real!!!!!!!!