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sábado, 24 de mayo de 2014

Bellas

Después de tres meses de dieta estricta, y casi 10 kilos menos, encontrarse con un video como el que traigo es sumamente alentador. Ver una idea maravillosa de un sinfín de madres únicas que se animan a salir semidesnudas (tipo Playboy con onda Ser Padres hoy) para mostrar sus cuerpos reales después de tener hijos es genial. Una idea de la fotógrafa Jade Beall, que nació como un manifiesto en su web y terminó siendo un libro de muchas mujeres más que como ella, querían mostrarle al mundo sus cuerpos "maternizados". Una madres que conjugó su profesión con la maternidad para que veamos algo que jamás veremos en las revistas de Futura Mamá. Un pasito indispensable para amigarnos con nuestro cuerpo, para volver a sentirnos bellas, más allá de la panza, las estrías, las ojeras y las "intervenciones" de los hijos en nuestras vidas.

Una Fotografía Encendió La Chispa Para Que Muchas Madres Nos Muestren Como Se Ve Su Cuerpo Después De Tener Hijos

Enjoy!
https://www.youtube.com/watch?v=g-PUG8nJZPA

viernes, 24 de mayo de 2013

#CosasQueDuelenMásQueElParto

Una noche de contracciones, 5 de dilatación y tres pujos después bastaron para conocer a Fran. Se ve que ni él quiso laburar un 1 de mayo. A la media hora de recibir apenas un punto por un mínimo desgarro, estaba   feliz como perro con dos colas desayunando en mi habitación. Es más, antes de almorzar me levante y fui solita al baño. Un lujo, no?

Días después, con esa euforia casi olvidada y muchas horas adaptación a la nueva vida de 4 en casa, me surgió esta pequeña ListaHashtag de cosas que realmente duelen. Si después o mientras la lees se te ocurren más, te espero en los comentarios! 


> Duele dar la teta cada una hora y media con los pezones sangrantes y agrietados.

> Duelen la espalda y la cintura después de dormir salteado durante 20 días.

> Duele pasar dos días internada con tu bebe de 4 días por la bilirrubina. 48 hs bajo la lámpara y unas 47 y media de llanto.

> Duele tener que ver cómo le pinchan las manos y los pies y lo "judean" para sacarle sangre 6 veces en dos días.

> Duele que todavía haya gente que piense que los tres meses de licencia son vacaciones, cuando vos solo vivís limpiando caca, lavando ropita, durmiendo salteado y respondiendo boludeses a los opinólogos de turno.

Eso sí, todo el dolor se esfuma cuando su hermanito mayor se acerca con un muñequito en sus manos y le dice que se lo presta para que no llore.

viernes, 19 de abril de 2013

Cuerpo tomado


Ayer leí la mejor descripción de la semana 37 de embarazo: Casa de Tomada de Julio Cortázar. Esas habitaciones eran de algún modo mi cuerpo. El altillo paradógicamente eran mis tobillos y pies. Hinchados, enormes, escapando casi de cualquier calzado. Del mismo modo las piernas eran las habitaciones contiguas que a través de micro arañitas azules llevan y traen cansancio hacia ambos extremos. Llegando a lo que solía ser la cadera, encontramos lo que quedó de la pelvis. Como ya es imposible verla, depilarse se vuelve un acto de fe, ya sea casero o en cualquier salón de belleza. A partir de ahí todo está “okupado” por este nuevo ser, que desde allí maneja cual titiritero el escaso equilibrio que le queda a la cadera y se transmite a las rodillas. La famosa panza que ya pide permiso por si sola en cualquier medio de transporte, la imagino como el salón de los pasos perdidos de la Rosada. Imposible calcular sus dimensiones. Este es el centro de operaciones del Okupa que se se ha tomado el trabajo de correr mis órganos como muebles, vaya uno a saber a dónde. Y tal como hacen los peces, a medida que fue creciendo, fue acaparando más recovecos y metros cuadrados llegando a tomar todo el torso y hasta los pechos. De hecho su poderosa influencia ha hecho que luzcan caídos, casi como vigilándolo para no perder más espacio.

En esta guerra perdida que se asemeja a la caída del imperio romano, la conquista continúa en lo que serían las alas este y oeste (mis brazos) que lo escoltan dando envión a las pocas caminatas que le permite a mi (su) cuerpo convertido en caballo de Troya. El último bastión que le resta gobernar es la cabeza. Gracias a lo cual todavía puedo escribir estas palabras. Pero la batalla final está muy cerca. Y si mi humilde experiencia no me falla. Creo que su victoria está asegurada. Por más que dentro de unos días esté fuera de mi cuerpo, luego de tenerlo en mis brazos y reconocernos, todo mi cuerpo y vida le pertenecerán por completo.

sábado, 6 de abril de 2013

Dando lástima



Hace más o menos una semana que mientras camino siento que la gente mira mi situación más que embarazosa (35 semanas, 8 meses para los que no les gusta sacar cuentas) y me arrojan metafóricas monedas de lástima a través de sus ojos y/o comentarios.

Una de las más terribles fue a la salida del jardín de Joaco. Para los que no saben les cuento que nosotros este año además de tener un 2do hijo en breve nos seguimos complicando la vida mandando al retoño de 2 añitos por la mañana al maternal y por la tarde al jardín donde esperamos haga primaria y secundaria. Suena a que super planificamos su vida. Pero la verdad es que es un chino por donde lo mires. Estamos los 3 extenuados. Y recién es ABRIL!! En fin, la cuestión es que desde que tengo panza Joaco no quiere caminar. Quiere siempre UPA. No pronunciaba esa palabra hasta mi embarazo. Y ahora no hay manera de que se mueva por sus propios medios. Entonces, mamá, que ya lleva entre 10 y 12 kilitos del hermanito en la panza, debe alzar otros 15. Aguantás una cuadra y le exigis/suplicás que camine aunque sea media cuadrita hasta la estación de subte, Se niega rotundamente tirándose al piso y revolcándose de un lado al otro. Una, con el exagerado embarazo que ya se molestan entre panza y piernas, le tira de la mano para que se levante, obviamente sin respuesta. Ahí pasa la primera señora diciendo “Que lindo nene” (A lo que respondo para dejarlo en casa o sacarlo en carrito porque no camina). La señora me mira con desdén y se va. A los 20 metros aparece otra que lo increpa directo “Ayudala a la mamá. No ves que tiene a tu hermanito” Y me dice, con esa mirada de “Acá te tiro la posta”: “Esos son celos” Yo me río por no llorar mientras pienso “Descubrió la pólvora” y sigo caminando convencida que después de esa frase la señora no me va a ayudar de ninguna manera. Pero esta no es tan rápida como la primera y sigue tirando frases innovadoras cuando al pasar otro viejo le dice en tono de broma al nene “¿Y si la cargás vos a mamá? Sí, igual de idiota que el resto, pero más simpático. Síntesis que no se cómo llegamos a la esquina de casa. Previo paso por el subte donde una panza que despierta el interés del 80% de la población que me cruzo a diario más un nene de casi 1 metro vestido de pintor no logran “pedir” el asiento por la sola y amplia presencia. Caminado los últimos 80 metros (parecen las carreras de Palermo “Y cruzaron el disco”) me detiene la vendedora de una boutique a la voz de: “Disculpame. Pero no podés seguir así. Ese nene está grande tiene que caminar porque vos vas a parir acá. Esperá que le traigo caramelos.” Ja! Con el “premio” en mano mi hijo se bajó a negociar. La piba super piola le dice: Si te doy caramelos caminás? Y el muy lerdo le arremetió los caramelos, me dio uno para que le abra y se fue caminando hasta casa.

Ahora el broche de oro en decadencia fue el viernes cuando un amable señor de seguridad me ofrece pasar por la puerta en vez de los molinetes del edificio. Y una vez dentro otro policía ya me ofrece salir por el patio (portón doble hoja tipo estacionamiento) para que no de toda la vuelta hasta los molinetes. A esa altura ya sin mochilas ni hijo de 3 años encima una se siente una verdadera carpa de circo.

jueves, 21 de marzo de 2013

Seguridad a la pista

33. Número mítico si los hay. Los 33 orientales que lucharon por la independencia de lo que hoy es Uruguay. Los 33 años que tenía Jesucristo al morir y ese número que nos hace decir el médico vaya una a saber porqué. La cuestión es que hoy cumplo 33 semanas de mi segundo embarazo y NO DOY MÁS. Sí ya se que para que nazca a término debo esperar aunque sea 4 o 5 semanas más. Pero me tienen repodrida todas las cajeras de supers, chusmas de subte e ignotos curiosos repitiéndome “¿Es uno solo?, ¿Cuánto te falta?, Ya estamos, no?” Y después la de siempre ¿Nena o varón? Salvo las viejas que esas la tienen re-clara y ya te preguntan de toque ¿Para cuándo es ese varón? Al principio les sonreís y después les decís no doy más cortame la charla que me quiero ir a tirar a mi casa, subir las patas y rogar que mi otro hijo me de 5 minutos de paz.

Y a eso iba. ¡Cuán diferente es este embarazo del primero! Por dió! Mi primer hijo me pintó al óleo literalmente. Solo juega conmigo si no está el papa. O me busca para que le de comida, le compre cosas o lo lleve a lo de Abu. Léase soy un medio para llegar a un fin. Para completarla, cada vez que lo voy a buscar al jardín, para lo cual una trastoca todos sus horarios, el muy turrito corre a abrazarme, sonríe, me da su mochilita, pide upa y una vez arriba, mientras soporto 15 kilos y los 10 del embarazo me dice “Quiero papá” ¿Un capo, no? Una respira hondo, piensa en las recomendaciones del pediatra que el chico está estresado, que este año sufrió y está sufriendo muchos cambios, que hay que tenerle paciencia, que hay que contenerlo… Bla, bla, bla (sí, ese mismo que se hacía el duro y te decía que él se adapte porque es el nuevo hoy, patea para el otro lado. Traidor!!!) En fin, cuestión que con una sonrisa falsa en la boca le dice que ya vamos a casa con papá. Le suplicás que camine al menos hasta la calle para tomar un taxi, pero contesta con un rotundo NO imposible de negociar. Pero la tragedia no termina acá. Este pequeño gorrión de mamut cruza de Lucifer con Jaimito, ha reducido su vocabulario a dos o tres palabras que alterna para taladrar a Dios y María Santísima desde que llega a casa tipo 17 hs hasta que se duerme (22h) PAPI, PAPI, PAPI, PAPI, PAPI, PAPI, JUGAR, JUGAR, JUGAR, JUGAR, JUGAR, COMER, PAPI, PAPI, PAPI, JUGAR, JUGAR, JUGAR, JUGAR, y así. Entre un juego y otro, cada vez que tiene oportunidad le pega a la panza haciéndose el gracioso -“sin querer” por supuesto- pero con malicia, y ni se te ocurra decirle arriba mío no, porque se te instala estirándose para atrás solo para aplastar la panza y “decirle” al de adentro “¿seguro que querés salir de ahí?

Ahorta, lo mejor es el ánimo que te da la gente cuando una comenta estos celos enfermizos de mi retoño. El otro día mientras respondía las preguntas que comento más arriba, dando por sentado que razón era que nosotros le habíamos dado un hermanito sin que él lo pidiera. Ni te imaginas lo que me dijo otra jodida “¡Uh! Na, vas a tener que prestarle mucha atención. Inclusive psicológica.” Ahh mbueee! Ahora SI me das la tranquilidad que necesita una embarazada de 8 meses que apenas puede descansar entre su trabajo, hijo y lo que le queda de vida personal! ¡Eso es apoyo moral! ¿Acaso mi hijo es el primero en tener un hermano en el mundo? ¿Estamos todos locos? ¿a dónde quedaron esas frases de una amigo para toda la vida, la persona más parecida a vos, un compañero en los tiempos más difíciles… alguien que aguante a tus viejos además de vos? ¿No nos estamos yendo de mambo con la contención? ¿Y a los padres quién nos contiene? Cuando un pibe pasa de ser demandante a ser tu sombra, una garrapata que se te adosa gritando jugar, que no entiende que una debe ir al baño cada tanto, comer, dormir… Y no hablo de un viaje al Caribe, necesidades básicas nomás. Mbue en medio de ese KAOS está por nacer F. Y yo más que preocuparme del moisés, la ropita, el huevito busco patovicas de cuna que trabajen 7 x 24.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Segundo


Hace casi dos años y medio, mientras salía de la sala de partos con la analgesia aún en mis piernas, recibía un saludo-consejo-casi-mandato de la gentil enfermera que ayudó a nacer a Joaco: “Te esperamos dentro de dos años para la nena.” Apenas me sonreí y creo haberle respondido “Dale”. Como quien se encuentra con un viejo amigo en la calle y le dice “Te llamo y almorzamos”. O sea para quedar bien, pero no lo llamás nunca.

Lo que sí recuerdo es que a la semana, estaba 100% convencida de que no sería tan pronto. Pero después de tanto tiempo una se olvida de las noches en vela, la teta cada 2 horas y media y los murales de puré en las paredes, porque lo que permanece en la memoria son las sonrisas, los abracitos, y los dulces mamá que nos despiertan cada día. A la par, sentimos que a lo lejos suena virtualmente el reloj biológico en nuestra cabeza cuando soplamos las 35 velitas, y mbue... nos lo planteamos de otra manera.

Y recordando esta sentencia, viendo a Joaco jugando solo en su cuarto, rememorando viejas andanzas con mis dos hermanos y escuchando cada vez más seguido ese fatal “Y el segundo para cuando” nos embarcamos inconcientemente en la búsqueda del famoso hermanito. Esta vez mucho más relajados, suponiendo o vislumbrando que conocíamos por lo que íbamos a pasar y por supuesto queriendo que Joaco disfrutara de esa maravillosa sensación de tener un hermano. Un amigo, confidente, compañero de vida. Alguien con quien charlar antes de dormir. Quien te haga un lugarcito en la cama cuando hay tormenta. Alguien a quien pasarle la ropa. Con quien aprender a compartir los juguetes, los amigos, los padres. Y a este punto va el post.

Porque si bien todos te cuentan de los celos que van a surgir entre hermanos, jamás pensé que fuera tan pronto. Antes de mirar el resultado del Evatest, Joaco ya estaba insoportable. Se convirtió en un ataque de nervios permanente. Un pegoteo desmesurado conmigo. Unas patadas o manotazos a la panza cada vez que puede. Es más, si fuera nena creería que le vino o le está por venir, porque le surjen de la nada unos altibajos emocionales, típicos del prototipo de mujer histérica. En segundos y sin motivo aparente se largan un llanto propio de un golpazo y al toque por la misma razón (o sea ninguna) se matan de risa.

Esta situación me llevó a reflexionar sobre cómo serían los primeros días del/la segund@ -al día de hoy no sabemos qué será- . ¿Te diste cuenta que el segundo ya tiene competencia antes de conocer el mundo? Encima, no se le presta ni la mitad de atención que al primero. Yo personalmente, no leo cada noche el diario de un embarazo para ver qué le pasó hoy. Ni le ponemos música tan seguido. Ni sigo la dieta como antes. Y aunque trato de caminar siempre que puedo, no hago gimnasia como antes. Además de tener que levantar a Joaco cuando se empaca. Y tantos “ys”... que me ataca la culpa y siempre que puedo trato de ser ecuánime. Sobretodo porque yo siempre me quejé de esa desigualdad entre el primero y el segundo. Pero es casi imposible. El de afuera demanda como si supiera que se le termina el reino pronto. Y el/la de adentro ni se imagina lo que le espera. Una vida plagada de comparaciones “Es más largo, gordo, lindo, tranquilo... y demás guachadas... que Joaco”, un guardarropas de feria americana (incluso si es nena), un carrito, huevito, cuna y hasta juguetes usados... ¿A los cuantos meses conoce “el olorcito a nuevo”?

Ahora, si los médicos saben que a los chicos de 2 les cuesta este tema, me podés explicar ¿porque demonios te joden para que tengas otro a los 2? Obvio ¡¡Para joderte la vida!! Porque ellos lo traen al mundo pero el que se lo banca todos los días sos vos. ¿Cómo harán esas mega familias que se les ocurre tener 5, 6, 7 y hasta 8 pibes? ¿Tan masoquistas son? ¿Será verdad que del tercero en adelante se cría solo? ¿Hay una edad óptima para tener al segundo? Yo ya estoy al horno, pero por si te sirve te cuento. Muchos artículos de internet dicen que lo mejor es antes de los 2. Pero con lo que me costó a mi adaptarme a esta nueva vida, esa no era opción. Otras mamás que de 2 a 4 está bueno para que jueguen juntos y compartan más cosas. Pero bancate la época de los berrinches de los 2. Porque con un embarazo le estás dando una razón más que valedera para que se encapriche con pavadas. La última es que sean más grandes y probablemente te pidan ellos un hermanito. Aunque indefectiblemente surgirán los celos en algún momento.

En síntesis, “si te gusta el durazno, bancate la pelusa.” No leas tanto, ni te informes en demasía, ni le rompas tanto al pediatra, la maestra y el obstetra con preguntas sin respuesta. Recordá a aquellas madres inmigrantes de principios de 1900 que tenían entre 10 y 13 hijos. Seguro que jamás se plantearon todo esto. ¡Y sobrevivieron!

jueves, 22 de diciembre de 2011

La cinta Gonzalito!


El sábado por la noche me sentí por un instante en el estudio de Feliz Domingo para la Juventud, jugándome a todo o nada en el Repechaje. Imaginé que una amiga se convertía mágicamente en Silvio Soldán (cuando tenía pelo o todavía no sabíamos de su quincho) y mientras me sostenía los pesados auriculares para no poder escuchar las respuestas que soplaban de la tribuna, pensaba, me mordía el labio y cerraba los ojos con fuerza –como buscando la respuesta en mi interior- y no largaba la bandera del colegio ni el osito de peluche (perdón me cebé)… Mi amiga alias Silvio, arremetió: “Lo peor que perdés cuando sos mamá es… y como si nos ganáramos automáticamente el viaje a Bariloche con solo responder, con la celeridad que se da a otras respuestas, por otros premios en otras noches (de y por alcohol) empezamos a tirar contestaciones reales y lo más loco dis-tin-tas con las que todas nos sentíamos más o menos identificadas:

-       La cintura
-       Los brazos
-       Las ganas de arreglarte
-       La ropa impecable
-       El dormir 8 horas
-       La dignidad/ vergüenza por darle la teta en cualquier lugar…

Después de una mirada cómplice, ya lejos del programa y viendo cómo nuestros hijos compartían una noche inolvidable, maravillosamente nos dimos cuenta de que también perdemos el miedo de quedarnos solas.

martes, 16 de agosto de 2011

All you need is post!


Hoy el tema de fondo de este post es All you need is love . Y si podés, escuchalo mientras leés. ¿No es mágica cada estrofa? Escuchándola me pregunto: si los Beatles cantaban esto a fines de los 60s, ¿Cómo hace 50 años que no entendemos NADA? ¿O nos olvidamos? Porque los locos bajitos, como los llama Serrat, lo tienen super claro.

¿Te diste cuenta de que por más ropa linda que le pongas, deliciosos platos que le cocines, lugares y personas que le hagas conocer o cantidad de juguetes que le regalen, ellos sin tu amor de mamá o papá, no son nada? Y sí. Siempre fui más Beatle que Calamaro. Pero verlo representado en ellos, me mató.

Ver cómo tu presencia, tu palmadita, tu voz los ayuda a dormir. Cómo se les ponen los ojitos vidriosos cuando te alejás. Cómo confían solo en tus manos para aprender a caminar y te atrapan super fuerte para no dejarte ir. Cómo calmás todos sus miedos y dolores con “ya pasó” y acercando su cuerpito a tu pecho.

Me pellizco al ver cómo copia mis gestos, cómo aprendió a tirar y dar besos, cómo chusmea todo y analiza el mundo. Todavía no caigo en el poder que tiene mi calor, mi abrazo, mi mano rodeando la de él, mis besos… lo mejor es que el intercambio nos llena de vida a los dos. Porque parece que cuanto más amor reciben, más amor dan. Y así te cambian la vida -como te decían todos- pero mejor. Porque hacen que ningún día sea igual a otro. Y borran todas tus preocupaciones en segundos con una sonrisa, una mirada, una palabra.

Esta canción y todos los Joacos del mundo me dicen que la felicidad está más cerca de lo que la buscamos. Amigas lectoras que reclamaban un post que no ahuyente sus escasas ganas de ser mamá, ¿qué dicen?