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sábado, 24 de mayo de 2014

Bellas

Después de tres meses de dieta estricta, y casi 10 kilos menos, encontrarse con un video como el que traigo es sumamente alentador. Ver una idea maravillosa de un sinfín de madres únicas que se animan a salir semidesnudas (tipo Playboy con onda Ser Padres hoy) para mostrar sus cuerpos reales después de tener hijos es genial. Una idea de la fotógrafa Jade Beall, que nació como un manifiesto en su web y terminó siendo un libro de muchas mujeres más que como ella, querían mostrarle al mundo sus cuerpos "maternizados". Una madres que conjugó su profesión con la maternidad para que veamos algo que jamás veremos en las revistas de Futura Mamá. Un pasito indispensable para amigarnos con nuestro cuerpo, para volver a sentirnos bellas, más allá de la panza, las estrías, las ojeras y las "intervenciones" de los hijos en nuestras vidas.

Una Fotografía Encendió La Chispa Para Que Muchas Madres Nos Muestren Como Se Ve Su Cuerpo Después De Tener Hijos

Enjoy!
https://www.youtube.com/watch?v=g-PUG8nJZPA

miércoles, 22 de enero de 2014

Y se va la segunda

No se porqué el ser humano se dice inteligente si necesita por lo menos caerese dos veces con una misma piedra para aprender a esquivarla. Eso más o menos pasa con el segundo hijo. Una se va acordando a medida que el retoño crece de Uh! cómo dolía dar la teta, Uh"! cómo se despierta cada 3 horas! Uh! qué maldita época los dientes!, Uh! como se ensucia cuando arranca a comer!... y mil etcs. Es como que una ha avanzado con el crecimiento del grande y la segunda vivencia te hace sentir que retrocediste mil casilleros. Una de esas tantas vivencias que seguramente debo haber olvidado pero como leerán me ocupo de anotar para NO volver a tener un hijo y tener que pasar por ella es: la famosa crisis del 8vo mes. Hace un poco menos de 3 años escribí esto sobre mi experiencia con Joaco. Para las que aún no lo han vivido o tuvieron la suerte de zafarla les cuento que es como una super angustia que le agarra al pibito porque, al empezar a moverse queriendo gatear, se da cuenta que vos y él ya no comparten un mismo cuerpo. (Gracias a Dios!!) Onda que el chico tiene un delay de locos. Pero sí, dicen que si no estás se puede sentir abandonado y de grande ser inseguro... la cosa es que hoy no se si es verdad o complot. Pero está insufrible.

Cuestión que, luego de dejarlo en la mantita de actividades y con la vana idea de ir a merendar, apenas me incorporo desde el suelo hacia una silla bebe llora desconsoladamente cual niño que le acaban de arrebatar su juguete más preciado. Lo miro sonriendo y le aclaro, mamá va a la cocina y viene. Pero simplemente al no verme redobla su apuesta de llanto. Que, si no les dije. Debería medir con esos aparatos del subte los decibelios, ya que estoy convencida -y se lo dije- mientras me taladre con ese llanto cuando arranque a hablar no lo voy a poder escuchar. Ya recibimos bastantes comentarios de vecinos tipo "ese que llora es tu hijo? (3 pisos arriba de donde vivo). Tierra tragame.

Sordera aparte. Y volviendo al ataque de individualismo que me agarró, le tiré una frase mortal al exageradamente hijo pegote que tengo. Digna de una desalmada. Fue algo así: "Hijo, ya pasaron los 9 meses y saliste. NO podés vivir las 24 horas arriba mío. ¿Sabés cuántas cosas vas a querer hacer sin mamá?" Sí, me zarpé. pero viste cuando lo necesitás vomitar porque si te lo comés te hace mal. Bueno eso. Después me arrepentí un poco. Sobretodo al ver su carita de Gato con botas de los ojos llorosos de Shreck. Y reflexioné.

Este pegoteo madre-hijo va a ir mutando de exagerado. Hoy es él el zarpado que quiere vivir 24 hs conmigo y dentro de 3 años me va a echar del jardín con un demoledor "Chau mamá" mientras me cierra la puerta en la cara. Y ni hablar de cuando invite amiguitos. Será: mamá traenos la leche y andate. Aunque lo mejor será en preadolescencia cuando soy literalmente un quemo para ellos. Ahí el "Chau mamá" va a ser por lo bajito y haciéndote señas de que te hagas humo y ni se te ocurra preguntarme a que hora vuelvo. Y ya se les ocurrió pensar en cuando te echen de tu propia casa porque quiere quedarse solo con la novia (amiga con derechos, chica que conoció hace 15 min, o similar).

Todo esto me lleva a pensar en aprovechar la exageración de amor actual y guardar para cuando pasen estas cosas. Una especie de hibernación. Pegotearnos ahora todo lo que podamos para no extrañarnos cuando sea grande. Pero shshhh! No le digan nada, a ver si de grande me sigue abrazando tanto como hoy. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

Ni

Hace dos hijos que...
No me cierra la camisa,
No me cierra ningún pantalón que no sea elastizado
No me cierran los números (Menos que antes)
No nos cierra el baúl del auto
No se cierra la puerta del mi cuarto
No me cierran las cajas que guardan juguetes
No me cierra dormir entre 4 y 5 horas
No me cierra tener vida solo después de las 23.00
No me cierran los ojos con ojeras
No me cierra no poder enfermarme -avisenles la esclavitud se abolió hace 200 años-
No me cierran los bolsos de pañales, toallitas y ropita por las dudas
No me cierra tener que repetir mil veces las cosas para que me haga caso
No me cierra retarlo y que se ría descaradamente


Porque además siempre...
Me cierra el super o está lleno de jubilados y cajeras superlentas
Me cierra el cole, va lleno el subte y no llego a buscarlo
Se me cierran los ojos cuando quiero leer
Se me cierra la mente cuando hace berrinches y llora el más chiquito
Se me cierra el estómago si les pasa algo



¡Qué diferente sería todo si existieran los cierre-fácil de las Ziploc para vida, no? 

viernes, 5 de octubre de 2012

Me hacés bien


A principios de agosto se cumplieron 9 años de la partida de alguien muy importante para mi: mi abuela. Y aunque el tiempo ayuda a aceptar lo inevitable, se la sigue extrañando mucho. y lo comparto acá porque creo que desde que nació Joaco la tengo o la siento más presente que nunca. Tal vez porque ella llegó a ser una especie única -hoy en extinción- de madre-niñera-abuela cumpliendo los tres roles a la perfección.

Más de una vez cuando Joaco me saca con sus caprichos me pregunto y de algún modo le pregunto ¿Cómo hacía Doña Paula para lidiar con tres bestias como nosotros? Y no solo no huir detrás del primer vendedor ambulante que tocaba timbre en casa, sino además volver cada mañana con una sonrisa e incansable vocación, a cuidarnos y a su manera criarnos.

¿Habrán sido sus 10 hermanos menores los que la dotaron de su inagotable paciencia? Lo dudo. Por algo ella solo tuvo dos hijos. Pero lo siempre me llamó poderosamente la atención era su paz interior y su forma no violenta de dar a conocer sus deseos. Tanto, que bien podría haber sido hija de Gandhi y la Madre Teresa de Calcuta. Por la fuerza de sus convicciones, su perseverancia y tranquilidad para llevar a cabo las empresas más imposibles: acompañar a su marido en la tienda, ayudar a la comunidad de un pueblo chico y hasta vender todo para seguir los destinos de sus hijos.

¡Cómo me hubiera gustado que Joaco la conozca! Que ella fuera una imagen vívida para él, más que todas las hisotrias que le cuento. Recuerdo frases y gestos maravillosos como “Vos no sos malenseñado sino malaprendido” (impecable claridad de concepto para quien apenas completó 2do grado). O sus suaves caricias en la cabeza que aún hoy transmiten su serenidad. Hace poquito viendo una de sus últimas fotos, vino a mi mente una de las últimas charlas coherentes que tuvimos -cada tanto su mente la llevaba de viaje a otros años y mejores recuerdos de su pueblo-. Era una tarde en su casa, cargaba una manta de hilo que yo adoraba. Me la entregó en brazos y me dijo “Llevatela, te la regalo” (a veces creo que suponiendo lo que iba a pasar). Sorprendida la miré sin contestar y ella agregó: “Me hacés bien.”

martes, 16 de agosto de 2011

All you need is post!


Hoy el tema de fondo de este post es All you need is love . Y si podés, escuchalo mientras leés. ¿No es mágica cada estrofa? Escuchándola me pregunto: si los Beatles cantaban esto a fines de los 60s, ¿Cómo hace 50 años que no entendemos NADA? ¿O nos olvidamos? Porque los locos bajitos, como los llama Serrat, lo tienen super claro.

¿Te diste cuenta de que por más ropa linda que le pongas, deliciosos platos que le cocines, lugares y personas que le hagas conocer o cantidad de juguetes que le regalen, ellos sin tu amor de mamá o papá, no son nada? Y sí. Siempre fui más Beatle que Calamaro. Pero verlo representado en ellos, me mató.

Ver cómo tu presencia, tu palmadita, tu voz los ayuda a dormir. Cómo se les ponen los ojitos vidriosos cuando te alejás. Cómo confían solo en tus manos para aprender a caminar y te atrapan super fuerte para no dejarte ir. Cómo calmás todos sus miedos y dolores con “ya pasó” y acercando su cuerpito a tu pecho.

Me pellizco al ver cómo copia mis gestos, cómo aprendió a tirar y dar besos, cómo chusmea todo y analiza el mundo. Todavía no caigo en el poder que tiene mi calor, mi abrazo, mi mano rodeando la de él, mis besos… lo mejor es que el intercambio nos llena de vida a los dos. Porque parece que cuanto más amor reciben, más amor dan. Y así te cambian la vida -como te decían todos- pero mejor. Porque hacen que ningún día sea igual a otro. Y borran todas tus preocupaciones en segundos con una sonrisa, una mirada, una palabra.

Esta canción y todos los Joacos del mundo me dicen que la felicidad está más cerca de lo que la buscamos. Amigas lectoras que reclamaban un post que no ahuyente sus escasas ganas de ser mamá, ¿qué dicen?

viernes, 25 de febrero de 2011

La crisis del 8vo mes ¿es contagiosa?


Hace unos días que Joaco no anda del todo bien. Llora, llora y llora. Espacialmente cuando me voy. Pero no sólo cuando salgo de casa. Sino que llora desconsoladamente si me voy 2 minutos a la cocina, si lo dejo para ir al baño y hasta si paso de su pieza a la mia. Después de navegar por varias páginas y leer notas, deduzco que el pequeño rey de la casa está pasando por la Crisis del 8vo mes. Algo que parece que les pasa a muchos bebes (no a todos, pero como es crisis y somos argentinos seguro que a nosotros nos toca) cuando empiezan a moverse (gatear, pararse, dar pequeños pasitos) y a explorar el mundo que los rodea, porque se dan cuenta de que ellos son una persona y su mamá otra, ya que hasta ese momento él creía que los dos éramos uno.
Pero, ¿qué siente una en esos momentos? La crisis de la crisis. Porque por un lado te sentís la Superpoderosa de las madres. Sólo vos podés calmar su llanto, podés hacerlo reír a carcajadas, calmar su ansiedad, hacerlo dormir, ser objeto de todas sus miradas... Vos hoy lo hacés feliz. Lo completás. (eso es refuerte!) Pero a la vez (sí, siempre después de un piropo hay un pero) esa criturita te hace saber a fuerza de llanto (su forma de comunicación básica) que no está para nada de acuerdo con que vos trabajes fuera de casa. Tampoco quiere que cocines (ni que pidas delivery si él no te ve), ni que vayas al gimnasio, ni ahí que te depiles, salgas de compras sin él y mucho menos bañarte si él no duerme.
Esto obviamente repercute terriblemente en tu vida cotidiana porque si por tu bebé fuera, el volvería a meterse adentro tuyo unos 9 meses más, para no separarse nunca más de vos. A ver si me entendés, no es que sea tu fan, es el presidente de todos tus clubes de fan y está dispuesto a TODO por conseguirlo. Llorar a lágrima partida, patalear como si estuviera en aqua gym, hacer escándalo en la vía pública (hasta que te de vergüenza), morder y en lo posible romper todo lo que caiga en sus manos… o sea… a ver… todo.
La verdad, es que si lo pensás en en frío, es super gratificante que tu bebé sienta esto por vos. Pero cuando te lo pide a su manera todos los días, se vuelve insoportable hasta para la madre más amorosa del mundo. Porque encima, generalmente le agarra esta locura, cuando todo estaba “ordenadito”. Él comía a las 7, 10, 13… dormía 8 horitas de corrido, pedía cambio de pañal cada 3 o 4 horitas. ¿Cómo es que ahora se despierta llorando a cualquier hora? ¿Cómo que sólo se calma si duerme con nosotros? ¿Cómo que ahora no quiere estar en brazos ni de papá? ¿Cómo corno se supone que una mujer normal, promedio, pueda ser empleada y madre sin tener que patearse las ojeras cada mañana?
Me volqué a la lectura para responder aunque se superficialmente estos cuestionamientos existenciales y encima, ¿qué encontré? Que todos los psicólogos, pediatras y demás “expertos en niños” se han complotado para hacer engordar mi culpa hasta límites insospechados, tirando farses como: “Si no le dedicás más tiempo va a ser inseguro”, “si no te ve o escucha se va a sentir abandonado” , “lo que hoy vive tu bebé forma su personalidad y a futuro será más o menos extrovertido”. Yo no se mi bebé, pero yo después de leerlos seguro arranco terapia! Salvo que alguna de ustedes me cuente ¿qué se puede hacer para aliviar la angustia del bebé sin hipotecar mi cansancio? ¡Gracias! ZZzzzZZZZ.