"El sábado paso pegada a mi familia, ¿podemos ir los 4?" preguntaba un mensaje de WhatsApp la noche anterior al 5to cumpleaños de hijomayor. Me indigné tanto que no sabía si responder "No. Mi nene quiere un cumple pegado a sus amigos del jardín, no a la mamá, papá y hermanos de cada compañerito."... O como decía mi mamá ¿Te creés que soy el Banco de la Nación Argentina?
Hace 3 años que en cada fiestita de cumple escucho a las mamás hablar sobre esta "tendencia" de los padres "modernos" que dejan a su hijo entre 4, 6 y hasta 8 horas en un maternal o jardín de lunes a viernes, pero no los dejan ni 2:30 hs en un cumpleaños porque... pobrecito, todavía es chiquito y no se anima. ¿Quién no se anima? ¿El padre/madre o el nene/a? Lo peor es que después el nen@ lo pasa fenómeno ni se entera si está o no su progenitor en la misma sala y el que hablaba de temores ataca a diestra y siniestra los sanguchitos, saladitos, torta, masas y hasta pide Coca Light (para cuidar figura vio?).
Ustedes vagos de su vida misma: ¿Alguna vez pensaron que un cumpleaños infantil es como 3 horas de niñera GRATIS? Bue, ponele que un regalito le vas a tener que llevar al pibe/a pero ¿qué te puede costar? ¿100... 150 pe con toda la furia? ¡Qué poca imaginación tenés si tu salida familiar se circunscribe a un cumple de 5 para una pareja que ronda los 40 y tenés uno de 8 y otro de 4! ¿No se te ocurrió nada mejor para un sábado de tarde, que ir a romperle el presupuesto y devorarle el aguinaldo a mi familia? Porque esos adultos posta que deben ser cruza con termitas. Suerte que las bandejas eran de acero inoxidable!
Este, para mi es otro de los retrocesos que sufre la generación de nuestros hijos. Porque cuando yo era chica lo más normal del mundo era ir a un cumple y quedarse sola jugando.. es más, odiaba que me vinieran a buscar porque amaba quería seguir jugando con mis amigas! ¡Era genial! Formaba parte de crecer y sentirse libre.
Hoy los criamos pollerudos y super dependientes. Hijomayor no se anima a quedarse solo en el palier de mi casa. ¡Algo serio está pasando! ¡Reaccionemos ya! Si nos seguimos quedando en los cumples, ellos van a creer que lo más normal del mundo es que las 26 familias del jardín van a cada cumple... y nunca van a cortar el lazo! Chicas, chicos al noveno mes cortamos el cordón umbilical! No lo generemos de nuevo! Pensalo así: si durante los 9 meses de clases tenés que ir a 26 cumpleaños, tenés algo así como 2/3 por mes! Así es imposible que tengas tiempo de boludear, caminar, hacerte las francesitas, ir al gym o tan solo regalarte un café y 3 o 4 páginas de un libro! Salvo que tu sueño sea convertirte en experta de animaciones, asesora de casitas de fiestas o sommelier de gaseosas y chocolatada...
Madres y padres, creo que es hora de ponernos los pantalones largos y así como decimos "hoy no hay McDonalds o no usás más la Tablet", digamos "hoy te quedás sol@ en el cumple". Si querés verlos libres e independientes es fundamental que se sientan seguros de sí mismos, compartiendo todo lo bueno y malo de ser chic@ con gente de la misma edad. No como extensiones de mamá y papá. ¿Vos qué pensás? ¿Te pasó?
Una ronda de mate o mesa de café virtual (depende de qué lado de la general paz naciste) donde las madres –presentes, recurrentes y futuras- podemos encontrarnos, refugiarnos, pelearnos, escaparnos, desentendernos, sentirnos reflejadas y sobretodo decir lo que nos pasa.
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lunes, 20 de julio de 2015
¿Cuántos sanguchitos de miga vale tu libertad?
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jueves, 25 de julio de 2013
Los Hermanos Macana
Por fin puedo tratar de ponerme al día
con mis amigas bloggeras que me reclaman por acá. La verdad es que
fue toda una felicidad ver sus comments pidiendo post! Gracias! ¿Cómo
va la vida de mamá stereo se preguntarán? Trataré de contar. La
verdad es que me doy cuenta que necesito este espacio, esta hoja en
blanco, estas palabras que suenan al son de las palabras que dicta lo
que queda de mi conciencia después una seguidilla de días
interminables entre llantos, mamaderas, pañales, celos, ropa sucia,
tirones de pelo, mal sueño, “Maamaaa” y más ropa sucia.
Antes que nada quiero matar
virtualmente a la hdp que alguna vez me dijo “No hay casi
diferencia entre tener uno que tener dos”. A vos turrita, date una
vuelta por casa si te animás. Que tengo un pibito que podés sacar
a pasear. Segundo quiero reiterar el consejo “No tengas al
hermanito a los dos años del mayor”. Antes de parir te di algunos porqués. Después de tenerlo se multiplican las razones:
1. Tener
dos hijos con pañales es antieconómico.
2. Hijomayor es grande y tiene que
entrar al jardín el año que viene sin pañales. Excelente razón
para sacarselos. Pero hacerlo en este momento es doble esfuerzo.
Algo así como imaginar que el Atlántico se vuelve dulce de leche y
una se quiere ir a España a nado. Traanqui.
3. ¿Cuál hijo privilegiar? El
grande porque está angustiado? El chico porque es super vulnerable?
¿Qué hacés si tenés que elegir entre cambiar a bebé cagado y
niño que se baja los pantalones en su cuarto para hacer lo segundo?
4. ¿Sigo? Naaa. Después me dicen que no quieren tener hijos por mis posts.
La cosa es que el tema escatologico
marcó un momento en casa. Una de las tardes que compartía con F
(padre el primer mes y medio cambió pocos pañales), mi mente me
tiró un concepto maravilloso. Para mi que este pibe (el de treinta y
muchos, padre) se cree que segundohijo vino con autolimpiante. Porque
se recalentaba con el bebe cuando lloraba sin parar y repetía “Comió
hace repoco, está abrigado, hizo provecho... qué le pasa a este
pibe??? Respuesta irónica: ¿Tendrá caca? Respuesta de marido: mirada lanza
cuchillitos.
Otros muchos días con hermanomayor
pasaron cosas similares. El tipo desde el día 1 que lo charlamos y
dijimos chau pañales de día. Tenés que avisar. Jamás se ensució
en la guardería o el jardín. Parece que manjea el temita del pudor.
O le importa mucho el quédirán. Ahora se nota que en casa se siente
taaan a gusto y cómodo que el último finde largo mi casa fue
literalmente un pañal. Absorvés olores nauseabundos por más de 12
horas y tu hijo es todas las barreras anti derrames dentro el
inodoro, solo por molestar. Eso es lo que envenena. El tipo se da
cuenta cuando va a hacer pis o caca, se baja los pantalones en
cualquier parte de la casa y hace. Total después mamá que está
relajadísima con el segundohijo limpia.
Lo bueno es que en esta padre se repuso
las pilas y lo lleva y/o acompaña cada vez que puede. Es más hasta
inventó “chocolate de premio” si el pequeño hace lo que debe
donde debe.
¿Y a qué viene lo de los hermanos Macana te
preguntás? Es porque si bien todavía no andan a los golpes literalmente. Sí chocan al pedir atención en los momentos más inoportunos. Pareciera que los dos supieran que una o
uno se queda solo y se complotan para llorar si uno juega con hijomayor.
Hacer pis o caca en su pieza cuando un@ está dandole la teta o la
mamadera al bebe. Colgarse de tu cuello hasta no dejarte respirar mientras tratás de dormir al bebe. O vomitarte todo cuando estás llevando al baño al de 3 años. ¿Celos? Sí, del grande me la creo. Pero si el
bebe me domina así con 2 meses, a los 10 años me manda a un
geriátrico!!!
La verdad es que estos casi primeros 3
meses de la vida de F fueron moooy intensos. Aprendía a hacer todo
de nuevo con una mano o menos: comer yo, dar una mamadera y pincharle
con el tenedor algo a hijomayor que anda demasiado exquisito con la
comida. O contarle un cuento a J con F en brazos porque en el moisés
llora. Hasta he tenido que dormir con ambas bestias (una de cada
lado) y padre exiliado en el sofá del living.
Mi humilde conclusión luego de una
exhaustiva investigación de mi propia experiencia es que dos pibes
te revolucionan la vida. Si queda alguna viva del otro lado y quiere
aportar ánimo, anécdotas o un simple “ya va a pasar” las
espero.
sábado, 6 de abril de 2013
Dando lástima
Hace más o menos una semana que
mientras camino siento que la gente mira mi situación más que embarazosa (35 semanas, 8 meses para los que no les gusta sacar
cuentas) y me arrojan metafóricas monedas de lástima a través de
sus ojos y/o comentarios.
Una de las más terribles fue a la
salida del jardín de Joaco. Para los que no saben les cuento que
nosotros este año además de tener un 2do hijo en breve nos seguimos
complicando la vida mandando al retoño de 2 añitos por la mañana al
maternal y por la tarde al jardín donde esperamos haga primaria y
secundaria. Suena a que super planificamos su vida. Pero la verdad es
que es un chino por donde lo mires. Estamos los 3 extenuados. Y
recién es ABRIL!! En fin, la cuestión es que desde que tengo panza
Joaco no quiere caminar. Quiere siempre UPA. No pronunciaba esa
palabra hasta mi embarazo. Y ahora no hay manera de que se mueva por
sus propios medios. Entonces, mamá, que ya lleva entre 10 y 12
kilitos del hermanito en la panza, debe alzar otros 15. Aguantás una
cuadra y le exigis/suplicás que camine aunque sea media cuadrita
hasta la estación de subte, Se niega rotundamente tirándose al piso
y revolcándose de un lado al otro. Una, con el exagerado embarazo
que ya se molestan entre panza y piernas, le tira de la mano para que
se levante, obviamente sin respuesta. Ahí pasa la primera señora
diciendo “Que lindo nene” (A lo que respondo para dejarlo en casa
o sacarlo en carrito porque no camina). La señora me mira con desdén
y se va. A los 20 metros aparece otra que lo increpa directo “Ayudala
a la mamá. No ves que tiene a tu hermanito” Y me dice, con esa
mirada de “Acá te tiro la posta”: “Esos son celos”
Yo me río por no llorar mientras pienso “Descubrió la pólvora”
y sigo caminando convencida que después de esa frase la señora no
me va a ayudar de ninguna manera.
Pero esta no es tan rápida como la primera y sigue tirando frases
innovadoras cuando al pasar otro viejo le dice en tono de broma al
nene “¿Y si la cargás vos a mamá?
Sí, igual de idiota que el resto, pero más simpático. Síntesis que
no se cómo llegamos a la esquina de casa. Previo paso por el subte
donde una panza que despierta el interés del 80% de la población
que me cruzo a diario más un nene de casi 1 metro vestido de pintor
no logran “pedir” el asiento por la sola y amplia presencia.
Caminado los últimos 80 metros (parecen las carreras de Palermo “Y
cruzaron el disco”) me detiene la vendedora de una boutique a la
voz de: “Disculpame. Pero no podés seguir así. Ese nene
está grande tiene que caminar porque vos vas a parir acá. Esperá
que le traigo caramelos.” Ja!
Con el “premio” en mano mi hijo se bajó a negociar. La piba
super piola le dice: Si te doy caramelos caminás?
Y el muy lerdo le arremetió los caramelos, me dio uno para que le
abra y se fue caminando hasta casa.
Ahora
el broche de oro en decadencia fue el viernes cuando un amable señor
de seguridad me ofrece pasar por la puerta en vez de los molinetes
del edificio. Y una vez dentro otro policía ya me ofrece salir por
el patio (portón doble hoja tipo estacionamiento) para que no de toda la vuelta
hasta los molinetes. A esa altura ya sin mochilas ni hijo de 3 años
encima una se siente una verdadera carpa de circo.
miércoles, 23 de enero de 2013
Lista negra
Luego de varias experiencias como cliente, ciudadana o
simple consumidora embarazada, me he decidido a aplicar la sanción social a
todas aquellas empresas u organismos que no tengas filas o sistemas de
prioridad para personas con movilidad reducida en sus oficinas o locales.
Eso sí, para ser justos haré dos columnas donde
comunicaré quienes lo aplican bien y quienes siquiera lo han pensado. Ya se que muchos en estos días de fin y
principios de año, con calores inusitados no tenemos ganas de ceder asientos, o
sitios para estacionar o simplemente lugares en una fila eterna, pero la
realidad es que la prioridad no es un favor que nos hace alguien bien educado,
o “buena onda”. Es un derecho al que debe acceder cualquier persona embarazada,
con bebés, con bastón, o cualquier discapacidad motora o física.
De los últimos días puedo comentar que:
Easy (por lo menos el de Palermo) posee
estacionamiento exclusivo para embarazadas más cerca de las puertas de entrada
y cajas con prioridad.
Movistar (el de Callao y Santa Fe) no tiene
ningún tipo de prioridad, ni en filas, ni trámites, ni una persona de seguridad
que haga pasar primero a quien lo necesita.
En el Village
Cinemas Recoleta claramente somos menos que actrices de reparto no tenemos ninguna prioridad ni en las
cajas para comprar entradas, ni en el kiosco que vende pochochos ni en los
baños de damas. En todos los casos dependemos de la buena voluntad y educación
de quienes tengamos a nuestro alrededor.
Los supermercados son un mundo aparte. Si bien todos tienen
una caja exclusiva para embarazadas y discapacitados o personas con movilidad
reducida, no siempre están señalizadas o a la vista para encontrarlas. Por
ejemplo en Carrefour tenés que
convertirte en secretaria de Sofovich moviendo las ensanchadas caderas y los productos
que llevás, y aún así como no conseguís llamar la atención ni complacencia del
cajero ni ningún cliente de la fila, te acercás y preguntás algo evidente “Esta
es la cola de Prioridad?” dándole una chance para que te digan “Sí, pasá”. Bueno
no. Te responde un seco “Sí” la típica vieja avinagrada que se apura por
desplegar todos sus productos en la cinta para que no le ganes el lugar. El
cajero, obvio en su mundo automático ni se enteró que yo estaba ahí.
Ahora, anotá en el Disco de Santa Fe entre Bustamante y Austria hay un cajero que es
una especie en extinción. Te atiende muy amablemente aunque no estés en la caja
de prioridad, e avisa qué caja te debería dar prioridad y te comenta “Con buena
educación uno debe hacer valer la prioridad. Y al saludarte agrega: “Que tengas
un feliz embarazo.”
Después tenés el Vea
(ex Discos convertidos en supers de ahorro) tanto que hasta sus cajeros
ahorran en sonrisas y amabilidad. Luego de convertirte en contorsionista para
que todos vean tu panza y de den la prioridad que te corresponde por ley, apenas
conseguís que te vean los clientes de la cola con caras de traste y miradas lanza
puñales (al mejor estilo CQC) por ser la desubicada embarazada que llegó a la
fila exclusiva justo después de ellos. El que sigue refunfuña para dentro, ahí
se despierta el cajero, te ve y te dicen con desdén, “Pase”.
Otra experiencia religiosa son el Subte y los Colectivos
de CABA, donde rige a pleno la
ley de la selva y el menor esfuerzo. Básicamente hay que entrar gritando cual
Tarzán “Un asieeento por favooor que
estoy embarazaaada” para despertar a los “dormidos” que aunque tu panza les roce la nariz juran por su madre
que no te vieron. Si bien debo admitir que a veces tengo la dicha de cruzarme
con choferes buena onda que apenas me ven escalar la puerta del bondi,
solicitan a su modo un lugar para vos, y en el subte extraordinariamente en la
estación se acerca un “rara avis” que
me pregunta “Te da vergüenza pedir el asiento? Porque a mi mujer le costaba. Si
querés lo pido por vos.” Mi humilde conclusión sobre lo expuesto es que la
falta de civismo, educación, roce social o simple solidaridad (como les guste
llamarlo) es entre pobre y nula. Creo que es un deber de toda madre, padre o
tutor educar a nuestros hijos en este sentido para que el día de mañana cuando
seamos nosotros los viejos con movilidad reducida, no tengamos que mendigar un
asiento, un lugar en la fila, algo de prioridad. No se qué pensás vos que me
leíste hasta acá. Sumá tus experiencias en empresas, oficinas, transportes. A
ver si entre todos usamos el arma más poderosa: la sanción social.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Segundo

Lo
que sí recuerdo es que a la semana, estaba 100% convencida de que no
sería tan pronto. Pero después de tanto tiempo una se olvida de las
noches en vela, la teta cada 2 horas y media y los murales de puré
en las paredes, porque lo que permanece en la memoria son las
sonrisas, los abracitos, y los dulces mamá que nos despiertan cada
día. A la par, sentimos que a lo lejos suena virtualmente el reloj
biológico en nuestra cabeza cuando soplamos las 35 velitas, y
mbue... nos lo planteamos de otra manera.
Y
recordando esta sentencia, viendo a Joaco jugando solo en su cuarto,
rememorando viejas andanzas con mis dos hermanos y escuchando cada
vez más seguido ese fatal “Y el segundo para cuando” nos
embarcamos inconcientemente en la búsqueda del famoso hermanito.
Esta vez mucho más relajados, suponiendo o vislumbrando que
conocíamos por lo que íbamos a pasar y por supuesto queriendo que
Joaco disfrutara de esa maravillosa sensación de tener un hermano.
Un amigo, confidente, compañero de vida. Alguien con quien charlar
antes de dormir. Quien te haga un lugarcito en la cama cuando hay
tormenta. Alguien a quien pasarle la ropa. Con quien aprender a
compartir los juguetes, los amigos, los padres. Y a este punto va el
post.
Porque
si bien todos te cuentan de los celos que van a surgir entre
hermanos, jamás pensé que fuera tan pronto. Antes de mirar el
resultado del Evatest, Joaco ya estaba insoportable. Se convirtió en
un ataque de nervios permanente. Un pegoteo desmesurado conmigo. Unas
patadas o manotazos a la panza cada vez que puede. Es más, si fuera
nena creería que le vino o le está por venir, porque le surjen de
la nada unos altibajos emocionales, típicos del prototipo de mujer
histérica. En segundos y sin motivo aparente se largan un llanto
propio de un golpazo y al toque por la misma razón (o sea ninguna)
se matan de risa.
Esta
situación me llevó a reflexionar sobre cómo serían los primeros
días del/la segund@ -al día de hoy no sabemos qué será- . ¿Te
diste cuenta que el segundo ya tiene competencia antes de conocer el
mundo? Encima, no se le presta ni la mitad de atención que al
primero. Yo personalmente, no leo cada noche el diario de un embarazo
para ver qué le pasó hoy. Ni le ponemos música tan seguido. Ni
sigo la dieta como antes. Y aunque trato de caminar siempre que
puedo, no hago gimnasia como antes. Además de tener que levantar a
Joaco cuando se empaca. Y tantos “ys”... que me ataca la culpa y
siempre que puedo trato de ser ecuánime. Sobretodo porque yo siempre
me quejé de esa desigualdad entre el primero y el segundo. Pero es
casi imposible. El de afuera demanda como si supiera que se le
termina el reino pronto. Y el/la de adentro ni se imagina lo que le
espera. Una vida plagada de comparaciones “Es más largo, gordo,
lindo, tranquilo... y demás guachadas... que Joaco”, un
guardarropas de feria americana (incluso si es nena), un carrito,
huevito, cuna y hasta juguetes usados... ¿A los cuantos meses conoce
“el olorcito a nuevo”?
Ahora,
si los médicos saben que a los chicos de 2 les cuesta este tema, me
podés explicar ¿porque demonios te joden para que tengas otro a los
2? Obvio ¡¡Para joderte la vida!! Porque ellos lo traen al mundo
pero el que se lo banca todos los días sos vos. ¿Cómo harán esas
mega familias que se les ocurre tener 5, 6, 7 y hasta 8 pibes? ¿Tan
masoquistas son? ¿Será verdad que del tercero en adelante se cría
solo? ¿Hay una edad óptima para tener al segundo? Yo ya estoy al
horno, pero por si te sirve te cuento. Muchos artículos de internet
dicen que lo mejor es antes de los 2. Pero con lo que me costó a mi
adaptarme a esta nueva vida, esa no era opción. Otras mamás que de
2 a 4 está bueno para que jueguen juntos y compartan más cosas. Pero
bancate la época de los berrinches de los 2. Porque con un embarazo
le estás dando una razón más que valedera para que se encapriche
con pavadas. La
última es que sean más grandes y probablemente te pidan ellos un
hermanito. Aunque indefectiblemente surgirán los celos en algún
momento.
En
síntesis, “si
te gusta el durazno, bancate la pelusa.”
No leas tanto, ni te informes en demasía, ni le rompas tanto al
pediatra, la maestra y el obstetra con preguntas sin respuesta.
Recordá a aquellas madres inmigrantes de principios de 1900 que
tenían entre 10 y 13 hijos. Seguro que jamás se plantearon todo
esto. ¡Y sobrevivieron!
jueves, 22 de diciembre de 2011
La cinta Gonzalito!
- La cintura
-
Los brazos
-
Las ganas de arreglarte
-
La ropa impecable
-
El dormir 8 horas
-
La dignidad/ vergüenza por darle la teta en cualquier lugar…
Después de una mirada cómplice, ya lejos del
programa y viendo cómo nuestros hijos compartían una noche inolvidable, maravillosamente
nos dimos cuenta de que también perdemos el miedo de quedarnos solas.
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miércoles, 24 de noviembre de 2010
El oficio de ser mamá

Hace 4 meses, 19 días y 5 horas que la llegada de Joaquín agregó un nuevo título a mi vida: mamá. Lo primero que sentí creo que aún hoy no lo puedo explicar. Una mezcla de felicidad con cagazo. Un millón de ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo lo agarro para no desnucarlo? ¿ 7 veces al día hay que darle teta? ¿De veras sólo duerme 3 horas seguidas? ¿Cómo lo limpio antes de ponerle el pañal?
Y ahí la felicidad se te va mezclando con la lista interminable de consejos de la puericultura, que ya va por el 5to tip de lactancia y vos ya no te acordás del 1ero. Ella se va y cae la médica de guardia que te dice cómo tenés que lavarte los puntos y cuidarte los pechos. Otros 10 tips que no se te tienen que mezclar con los anteriores. La puerta se abre una vez más y por fin entra la de la Nursery que viene a rescatar a la criatura. Vos la llamaste porque el bebe no dejaba de llorar y no sabías porqué. Ella muy suelta de cuerpo te dice “Tiene hambre” mientras el bebe abre y cierra su boquita sobre su dedo índice, al mejor estilo pac-man. Ah! Y lo mejor: el puerperio comienza a manifestarse en tu carácter: no sólo te sentís la peor madre del mundo por matar de hambre al recién nacido, sino que además, sentís que ni siquiera lo conocés un poquitito para saber qué le pasa. Horrible.
¿Viste qué poco te dejaron disfrutar tu felicidad? Y aprovechá mientras estés en la clínica. Porque cuando llegues a tu casa no va a haber enfermeras que te lo hagan dormir, ni puericultora que te saque leche para después y menos un médico que le calme el llanto con originales posturas brazos. ¿Algún consejo? Sí. No sigas ningún consejo y entrá en armonía con el cosmos. Porque como diría Víctor Sueyro en los 80s por Telefé, “esto, recién empieza!!!”
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