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lunes, 20 de julio de 2015

¿Cuántos sanguchitos de miga vale tu libertad?

"El sábado paso pegada a mi familia, ¿podemos ir los 4?" preguntaba un mensaje de WhatsApp la noche anterior al 5to cumpleaños de hijomayor. Me indigné tanto que no sabía si responder "No. Mi nene quiere un cumple pegado a sus amigos del jardín, no a la mamá, papá y hermanos de cada compañerito."... O como decía mi mamá ¿Te creés que soy el Banco de la Nación Argentina?

Hace 3 años que en cada fiestita de cumple escucho a las mamás hablar sobre esta "tendencia" de los padres "modernos" que dejan a su hijo entre 4, 6 y hasta 8 horas en un maternal o jardín de lunes a viernes, pero no los dejan ni 2:30 hs en un cumpleaños porque... pobrecito, todavía es chiquito y no se anima. ¿Quién no se anima? ¿El padre/madre o el nene/a? Lo peor es que después el nen@ lo pasa fenómeno ni se entera si está o no su progenitor en la misma sala y el que hablaba de temores ataca a diestra y siniestra los sanguchitos, saladitos, torta, masas y hasta pide Coca Light (para cuidar figura vio?).

Ustedes vagos de su vida misma: ¿Alguna vez pensaron que un cumpleaños infantil es como 3 horas de niñera GRATIS? Bue, ponele que un regalito le vas a tener que llevar al pibe/a pero ¿qué te puede costar? ¿100... 150 pe con toda la furia? ¡Qué poca imaginación tenés si tu salida familiar se circunscribe a un cumple de 5 para una pareja que ronda los 40 y tenés uno de 8 y otro de 4! ¿No se te ocurrió nada mejor para un sábado de tarde, que ir a romperle el presupuesto y devorarle el aguinaldo a mi familia? Porque esos adultos posta que deben ser cruza con termitas. Suerte que las bandejas eran de acero inoxidable!

Este, para mi es otro de los retrocesos que sufre la generación de nuestros hijos. Porque cuando yo era chica lo más normal del mundo era ir a un cumple y quedarse sola jugando.. es más, odiaba que me vinieran a buscar porque amaba quería seguir jugando con mis amigas! ¡Era genial! Formaba parte de crecer y sentirse libre.

Hoy los criamos pollerudos y super dependientes. Hijomayor no se anima a quedarse solo en el palier de mi casa. ¡Algo serio está pasando! ¡Reaccionemos ya! Si nos seguimos quedando en los cumples, ellos van a creer que lo más normal del mundo es que las 26 familias del jardín van a cada cumple... y nunca van a cortar el lazo! Chicas, chicos al noveno mes cortamos el cordón umbilical! No lo generemos de nuevo! Pensalo así: si durante los 9 meses de clases tenés que ir a 26 cumpleaños, tenés algo así como 2/3 por mes! Así es imposible que tengas tiempo de boludear, caminar, hacerte las francesitas, ir al gym o tan solo regalarte un café y 3 o 4 páginas de un libro! Salvo que tu sueño sea convertirte en experta de animaciones, asesora de casitas de fiestas o sommelier de gaseosas y chocolatada...

Madres y padres, creo que es hora de ponernos los pantalones largos y así como decimos "hoy no hay McDonalds o no usás más la Tablet", digamos "hoy te quedás sol@ en el cumple". Si querés verlos libres e independientes es fundamental que se sientan seguros de sí mismos, compartiendo todo lo bueno y malo de ser chic@ con gente de la misma edad. No como extensiones de mamá y papá. ¿Vos qué pensás? ¿Te pasó?

jueves, 25 de julio de 2013

Los Hermanos Macana

Por fin puedo tratar de ponerme al día con mis amigas bloggeras que me reclaman por acá. La verdad es que fue toda una felicidad ver sus comments pidiendo post! Gracias! ¿Cómo va la vida de mamá stereo se preguntarán? Trataré de contar. La verdad es que me doy cuenta que necesito este espacio, esta hoja en blanco, estas palabras que suenan al son de las palabras que dicta lo que queda de mi conciencia después una seguidilla de días interminables entre llantos, mamaderas, pañales, celos, ropa sucia, tirones de pelo, mal sueño, “Maamaaa” y más ropa sucia.

Antes que nada quiero matar virtualmente a la hdp que alguna vez me dijo “No hay casi diferencia entre tener uno que tener dos”. A vos turrita, date una vuelta por casa si te animás. Que tengo un pibito que podés sacar a pasear. Segundo quiero reiterar el consejo “No tengas al hermanito a los dos años del mayor”. Antes de parir te di algunos porqués. Después de tenerlo se multiplican las razones: 
1. Tener dos hijos con pañales es antieconómico.
2. Hijomayor es grande y tiene que entrar al jardín el año que viene sin pañales. Excelente razón para sacarselos. Pero hacerlo en este momento es doble esfuerzo. Algo así como imaginar que el Atlántico se vuelve dulce de leche y una se quiere ir a España a nado. Traanqui.
3. ¿Cuál hijo privilegiar? El grande porque está angustiado? El chico porque es super vulnerable? ¿Qué hacés si tenés que elegir entre cambiar a bebé cagado y niño que se baja los pantalones en su cuarto para hacer lo segundo?
4. ¿Sigo? Naaa. Después me dicen que no quieren tener hijos por mis posts.

La cosa es que el tema escatologico marcó un momento en casa. Una de las tardes que compartía con F (padre el primer mes y medio cambió pocos pañales), mi mente me tiró un concepto maravilloso. Para mi que este pibe (el de treinta y muchos, padre) se cree que segundohijo vino con autolimpiante. Porque se recalentaba con el bebe cuando lloraba sin parar y repetía “Comió hace repoco, está abrigado, hizo provecho... qué le pasa a este pibe??? Respuesta irónica: ¿Tendrá caca? Respuesta de marido: mirada lanza cuchillitos.

Otros muchos días con hermanomayor pasaron cosas similares. El tipo desde el día 1 que lo charlamos y dijimos chau pañales de día. Tenés que avisar. Jamás se ensució en la guardería o el jardín. Parece que manjea el temita del pudor. O le importa mucho el quédirán. Ahora se nota que en casa se siente taaan a gusto y cómodo que el último finde largo mi casa fue literalmente un pañal. Absorvés olores nauseabundos por más de 12 horas y tu hijo es todas las barreras anti derrames dentro el inodoro, solo por molestar. Eso es lo que envenena. El tipo se da cuenta cuando va a hacer pis o caca, se baja los pantalones en cualquier parte de la casa y hace. Total después mamá que está relajadísima con el segundohijo limpia.

Lo bueno es que en esta padre se repuso las pilas y lo lleva y/o acompaña cada vez que puede. Es más hasta inventó “chocolate de premio” si el pequeño hace lo que debe donde debe.

¿Y a qué viene lo de los hermanos Macana te preguntás? Es porque si bien todavía no andan a los golpes literalmente. Sí chocan al pedir atención en los momentos más inoportunos. Pareciera que los dos supieran que una o uno se queda solo y se complotan para llorar si uno juega con hijomayor. Hacer pis o caca en su pieza cuando un@ está dandole la teta o la mamadera al bebe. Colgarse de tu cuello hasta no dejarte respirar mientras tratás de dormir al bebe. O vomitarte todo cuando estás llevando al baño al de 3 años. ¿Celos? Sí, del grande me la creo. Pero si el bebe me domina así con 2 meses, a los 10 años me manda a un geriátrico!!!

La verdad es que estos casi primeros 3 meses de la vida de F fueron moooy intensos. Aprendía a hacer todo de nuevo con una mano o menos: comer yo, dar una mamadera y pincharle con el tenedor algo a hijomayor que anda demasiado exquisito con la comida. O contarle un cuento a J con F en brazos porque en el moisés llora. Hasta he tenido que dormir con ambas bestias (una de cada lado) y padre exiliado en el sofá del living.


Mi humilde conclusión luego de una exhaustiva investigación de mi propia experiencia es que dos pibes te revolucionan la vida. Si queda alguna viva del otro lado y quiere aportar ánimo, anécdotas o un simple “ya va a pasar” las espero.

sábado, 6 de abril de 2013

Dando lástima



Hace más o menos una semana que mientras camino siento que la gente mira mi situación más que embarazosa (35 semanas, 8 meses para los que no les gusta sacar cuentas) y me arrojan metafóricas monedas de lástima a través de sus ojos y/o comentarios.

Una de las más terribles fue a la salida del jardín de Joaco. Para los que no saben les cuento que nosotros este año además de tener un 2do hijo en breve nos seguimos complicando la vida mandando al retoño de 2 añitos por la mañana al maternal y por la tarde al jardín donde esperamos haga primaria y secundaria. Suena a que super planificamos su vida. Pero la verdad es que es un chino por donde lo mires. Estamos los 3 extenuados. Y recién es ABRIL!! En fin, la cuestión es que desde que tengo panza Joaco no quiere caminar. Quiere siempre UPA. No pronunciaba esa palabra hasta mi embarazo. Y ahora no hay manera de que se mueva por sus propios medios. Entonces, mamá, que ya lleva entre 10 y 12 kilitos del hermanito en la panza, debe alzar otros 15. Aguantás una cuadra y le exigis/suplicás que camine aunque sea media cuadrita hasta la estación de subte, Se niega rotundamente tirándose al piso y revolcándose de un lado al otro. Una, con el exagerado embarazo que ya se molestan entre panza y piernas, le tira de la mano para que se levante, obviamente sin respuesta. Ahí pasa la primera señora diciendo “Que lindo nene” (A lo que respondo para dejarlo en casa o sacarlo en carrito porque no camina). La señora me mira con desdén y se va. A los 20 metros aparece otra que lo increpa directo “Ayudala a la mamá. No ves que tiene a tu hermanito” Y me dice, con esa mirada de “Acá te tiro la posta”: “Esos son celos” Yo me río por no llorar mientras pienso “Descubrió la pólvora” y sigo caminando convencida que después de esa frase la señora no me va a ayudar de ninguna manera. Pero esta no es tan rápida como la primera y sigue tirando frases innovadoras cuando al pasar otro viejo le dice en tono de broma al nene “¿Y si la cargás vos a mamá? Sí, igual de idiota que el resto, pero más simpático. Síntesis que no se cómo llegamos a la esquina de casa. Previo paso por el subte donde una panza que despierta el interés del 80% de la población que me cruzo a diario más un nene de casi 1 metro vestido de pintor no logran “pedir” el asiento por la sola y amplia presencia. Caminado los últimos 80 metros (parecen las carreras de Palermo “Y cruzaron el disco”) me detiene la vendedora de una boutique a la voz de: “Disculpame. Pero no podés seguir así. Ese nene está grande tiene que caminar porque vos vas a parir acá. Esperá que le traigo caramelos.” Ja! Con el “premio” en mano mi hijo se bajó a negociar. La piba super piola le dice: Si te doy caramelos caminás? Y el muy lerdo le arremetió los caramelos, me dio uno para que le abra y se fue caminando hasta casa.

Ahora el broche de oro en decadencia fue el viernes cuando un amable señor de seguridad me ofrece pasar por la puerta en vez de los molinetes del edificio. Y una vez dentro otro policía ya me ofrece salir por el patio (portón doble hoja tipo estacionamiento) para que no de toda la vuelta hasta los molinetes. A esa altura ya sin mochilas ni hijo de 3 años encima una se siente una verdadera carpa de circo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Lista negra


Luego de varias experiencias como cliente, ciudadana o simple consumidora embarazada, me he decidido a aplicar la sanción social a todas aquellas empresas u organismos que no tengas filas o sistemas de prioridad para personas con movilidad reducida en sus oficinas o locales.

Eso sí, para ser justos haré dos columnas donde comunicaré quienes lo aplican bien y quienes siquiera lo han pensado.  Ya se que muchos en estos días de fin y principios de año, con calores inusitados no tenemos ganas de ceder asientos, o sitios para estacionar o simplemente lugares en una fila eterna, pero la realidad es que la prioridad no es un favor que nos hace alguien bien educado, o “buena onda”. Es un derecho al que debe acceder cualquier persona embarazada, con bebés, con bastón, o cualquier discapacidad motora o física.

De los últimos días puedo comentar que:
Easy (por lo menos el de Palermo) posee estacionamiento exclusivo para embarazadas más cerca de las puertas de entrada y cajas con prioridad.

Movistar (el de Callao y Santa Fe) no tiene ningún tipo de prioridad, ni en filas, ni trámites, ni una persona de seguridad que haga pasar primero a quien lo necesita.

En el Village Cinemas Recoleta claramente somos menos que actrices de reparto no tenemos ninguna prioridad ni en las cajas para comprar entradas, ni en el kiosco que vende pochochos ni en los baños de damas. En todos los casos dependemos de la buena voluntad y educación de quienes tengamos a nuestro alrededor.

Los supermercados son un mundo aparte. Si bien todos tienen una caja exclusiva para embarazadas y discapacitados o personas con movilidad reducida, no siempre están señalizadas o a la vista para encontrarlas. Por ejemplo en Carrefour tenés que convertirte en secretaria de Sofovich moviendo las ensanchadas caderas y los productos que llevás, y aún así como no conseguís llamar la atención ni complacencia del cajero ni ningún cliente de la fila, te acercás y preguntás algo evidente “Esta es la cola de Prioridad?” dándole una chance para que te digan “Sí, pasá”. Bueno no. Te responde un seco “Sí” la típica vieja avinagrada que se apura por desplegar todos sus productos en la cinta para que no le ganes el lugar. El cajero, obvio en su mundo automático ni se enteró que yo estaba ahí.

Ahora, anotá en el Disco de Santa Fe entre Bustamante y Austria hay un cajero que es una especie en extinción. Te atiende muy amablemente aunque no estés en la caja de prioridad, e avisa qué caja te debería dar prioridad y te comenta “Con buena educación uno debe hacer valer la prioridad. Y al saludarte agrega: “Que tengas un feliz embarazo.”

Después tenés el Vea (ex Discos convertidos en supers de ahorro) tanto que hasta sus cajeros ahorran en sonrisas y amabilidad. Luego de convertirte en contorsionista para que todos vean tu panza y de den la prioridad que te corresponde por ley, apenas conseguís que te vean los clientes de la cola con caras de traste y miradas lanza puñales (al mejor estilo CQC) por ser la desubicada embarazada que llegó a la fila exclusiva justo después de ellos. El que sigue refunfuña para dentro, ahí se despierta el cajero, te ve y te dicen con desdén, “Pase”.

Otra experiencia religiosa son el Subte y los Colectivos de CABA, donde rige a pleno la ley de la selva y el menor esfuerzo. Básicamente hay que entrar gritando cual Tarzán “Un asieeento por favooor que estoy embarazaaada” para despertar a los “dormidos” que aunque tu panza les roce la nariz juran por su madre que no te vieron. Si bien debo admitir que a veces tengo la dicha de cruzarme con choferes buena onda que apenas me ven escalar la puerta del bondi, solicitan a su modo un lugar para vos, y en el subte extraordinariamente en la estación se acerca un “rara avis” que me pregunta “Te da vergüenza pedir el asiento? Porque a mi mujer le costaba. Si querés lo pido por vos.” Mi humilde conclusión sobre lo expuesto es que la falta de civismo, educación, roce social o simple solidaridad (como les guste llamarlo) es entre pobre y nula. Creo que es un deber de toda madre, padre o tutor educar a nuestros hijos en este sentido para que el día de mañana cuando seamos nosotros los viejos con movilidad reducida, no tengamos que mendigar un asiento, un lugar en la fila, algo de prioridad. No se qué pensás vos que me leíste hasta acá. Sumá tus experiencias en empresas, oficinas, transportes. A ver si entre todos usamos el arma más poderosa: la sanción social.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Segundo


Hace casi dos años y medio, mientras salía de la sala de partos con la analgesia aún en mis piernas, recibía un saludo-consejo-casi-mandato de la gentil enfermera que ayudó a nacer a Joaco: “Te esperamos dentro de dos años para la nena.” Apenas me sonreí y creo haberle respondido “Dale”. Como quien se encuentra con un viejo amigo en la calle y le dice “Te llamo y almorzamos”. O sea para quedar bien, pero no lo llamás nunca.

Lo que sí recuerdo es que a la semana, estaba 100% convencida de que no sería tan pronto. Pero después de tanto tiempo una se olvida de las noches en vela, la teta cada 2 horas y media y los murales de puré en las paredes, porque lo que permanece en la memoria son las sonrisas, los abracitos, y los dulces mamá que nos despiertan cada día. A la par, sentimos que a lo lejos suena virtualmente el reloj biológico en nuestra cabeza cuando soplamos las 35 velitas, y mbue... nos lo planteamos de otra manera.

Y recordando esta sentencia, viendo a Joaco jugando solo en su cuarto, rememorando viejas andanzas con mis dos hermanos y escuchando cada vez más seguido ese fatal “Y el segundo para cuando” nos embarcamos inconcientemente en la búsqueda del famoso hermanito. Esta vez mucho más relajados, suponiendo o vislumbrando que conocíamos por lo que íbamos a pasar y por supuesto queriendo que Joaco disfrutara de esa maravillosa sensación de tener un hermano. Un amigo, confidente, compañero de vida. Alguien con quien charlar antes de dormir. Quien te haga un lugarcito en la cama cuando hay tormenta. Alguien a quien pasarle la ropa. Con quien aprender a compartir los juguetes, los amigos, los padres. Y a este punto va el post.

Porque si bien todos te cuentan de los celos que van a surgir entre hermanos, jamás pensé que fuera tan pronto. Antes de mirar el resultado del Evatest, Joaco ya estaba insoportable. Se convirtió en un ataque de nervios permanente. Un pegoteo desmesurado conmigo. Unas patadas o manotazos a la panza cada vez que puede. Es más, si fuera nena creería que le vino o le está por venir, porque le surjen de la nada unos altibajos emocionales, típicos del prototipo de mujer histérica. En segundos y sin motivo aparente se largan un llanto propio de un golpazo y al toque por la misma razón (o sea ninguna) se matan de risa.

Esta situación me llevó a reflexionar sobre cómo serían los primeros días del/la segund@ -al día de hoy no sabemos qué será- . ¿Te diste cuenta que el segundo ya tiene competencia antes de conocer el mundo? Encima, no se le presta ni la mitad de atención que al primero. Yo personalmente, no leo cada noche el diario de un embarazo para ver qué le pasó hoy. Ni le ponemos música tan seguido. Ni sigo la dieta como antes. Y aunque trato de caminar siempre que puedo, no hago gimnasia como antes. Además de tener que levantar a Joaco cuando se empaca. Y tantos “ys”... que me ataca la culpa y siempre que puedo trato de ser ecuánime. Sobretodo porque yo siempre me quejé de esa desigualdad entre el primero y el segundo. Pero es casi imposible. El de afuera demanda como si supiera que se le termina el reino pronto. Y el/la de adentro ni se imagina lo que le espera. Una vida plagada de comparaciones “Es más largo, gordo, lindo, tranquilo... y demás guachadas... que Joaco”, un guardarropas de feria americana (incluso si es nena), un carrito, huevito, cuna y hasta juguetes usados... ¿A los cuantos meses conoce “el olorcito a nuevo”?

Ahora, si los médicos saben que a los chicos de 2 les cuesta este tema, me podés explicar ¿porque demonios te joden para que tengas otro a los 2? Obvio ¡¡Para joderte la vida!! Porque ellos lo traen al mundo pero el que se lo banca todos los días sos vos. ¿Cómo harán esas mega familias que se les ocurre tener 5, 6, 7 y hasta 8 pibes? ¿Tan masoquistas son? ¿Será verdad que del tercero en adelante se cría solo? ¿Hay una edad óptima para tener al segundo? Yo ya estoy al horno, pero por si te sirve te cuento. Muchos artículos de internet dicen que lo mejor es antes de los 2. Pero con lo que me costó a mi adaptarme a esta nueva vida, esa no era opción. Otras mamás que de 2 a 4 está bueno para que jueguen juntos y compartan más cosas. Pero bancate la época de los berrinches de los 2. Porque con un embarazo le estás dando una razón más que valedera para que se encapriche con pavadas. La última es que sean más grandes y probablemente te pidan ellos un hermanito. Aunque indefectiblemente surgirán los celos en algún momento.

En síntesis, “si te gusta el durazno, bancate la pelusa.” No leas tanto, ni te informes en demasía, ni le rompas tanto al pediatra, la maestra y el obstetra con preguntas sin respuesta. Recordá a aquellas madres inmigrantes de principios de 1900 que tenían entre 10 y 13 hijos. Seguro que jamás se plantearon todo esto. ¡Y sobrevivieron!

jueves, 22 de diciembre de 2011

La cinta Gonzalito!


El sábado por la noche me sentí por un instante en el estudio de Feliz Domingo para la Juventud, jugándome a todo o nada en el Repechaje. Imaginé que una amiga se convertía mágicamente en Silvio Soldán (cuando tenía pelo o todavía no sabíamos de su quincho) y mientras me sostenía los pesados auriculares para no poder escuchar las respuestas que soplaban de la tribuna, pensaba, me mordía el labio y cerraba los ojos con fuerza –como buscando la respuesta en mi interior- y no largaba la bandera del colegio ni el osito de peluche (perdón me cebé)… Mi amiga alias Silvio, arremetió: “Lo peor que perdés cuando sos mamá es… y como si nos ganáramos automáticamente el viaje a Bariloche con solo responder, con la celeridad que se da a otras respuestas, por otros premios en otras noches (de y por alcohol) empezamos a tirar contestaciones reales y lo más loco dis-tin-tas con las que todas nos sentíamos más o menos identificadas:

-       La cintura
-       Los brazos
-       Las ganas de arreglarte
-       La ropa impecable
-       El dormir 8 horas
-       La dignidad/ vergüenza por darle la teta en cualquier lugar…

Después de una mirada cómplice, ya lejos del programa y viendo cómo nuestros hijos compartían una noche inolvidable, maravillosamente nos dimos cuenta de que también perdemos el miedo de quedarnos solas.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El oficio de ser mamá


Hace 4 meses, 19 días y 5 horas que la llegada de Joaquín agregó un nuevo título a mi vida: mamá. Lo primero que sentí creo que aún hoy no lo puedo explicar. Una mezcla de felicidad con cagazo. Un millón de ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo lo agarro para no desnucarlo? ¿ 7 veces al día hay que darle teta? ¿De veras sólo duerme 3 horas seguidas? ¿Cómo lo limpio antes de ponerle el pañal?
Y ahí la felicidad se te va mezclando con la lista interminable de consejos de la puericultura, que ya va por el 5to tip de lactancia y vos ya no te acordás del 1ero. Ella se va y cae la médica de guardia que te dice cómo tenés que lavarte los puntos y cuidarte los pechos. Otros 10 tips que no se te tienen que mezclar con los anteriores. La puerta se abre una vez más y por fin entra la de la Nursery que viene a rescatar a la criatura. Vos la llamaste porque el bebe no dejaba de llorar y no sabías porqué. Ella muy suelta de cuerpo te dice “Tiene hambre” mientras el bebe abre y cierra su boquita sobre su dedo índice, al mejor estilo pac-man. Ah! Y lo mejor: el puerperio comienza a manifestarse en tu carácter: no sólo te sentís la peor madre del mundo por matar de hambre al recién nacido, sino que además, sentís que ni siquiera lo conocés un poquitito para saber qué le pasa. Horrible.
¿Viste qué poco te dejaron disfrutar tu felicidad? Y aprovechá mientras estés en la clínica. Porque cuando llegues a tu casa no va a haber enfermeras que te lo hagan dormir, ni puericultora que te saque leche para después y menos un médico que le calme el llanto con originales posturas brazos. ¿Algún consejo? Sí. No sigas ningún consejo y entrá en armonía con el cosmos. Porque como diría Víctor Sueyro en los 80s por Telefé, “esto, recién empieza!!!”