martes, 11 de enero de 2011

Volver al trabajo: 38 semanas de gestación. ¿12 de licencia?


Vaya a saber uno a qué cráneo gubernamental se le ocurrió la peregrina idea de que a toda madre trabajadora, le bastan 90 días de licencia para prepararse para parir, parir, atender 24 horas a la nueva vida y volver a trabajar como si nada hubiera pasado.
La realidad es completamente distinta. Los días antes morís de ansiedad, ya tenés el bolso listo desde los 7 meses y el día se te hace de chicle esperando que aunque sea cada tanto te una contracción para tener que mirar el reloj. El parto es maravilloso. Pero ya 2 horitas después, estás en el Puerperio. Y sí señora. No es un mito de mujeres sensibles y hombres machistas. La depresión post parto existe. Extrañás la panza, llorás por todo. Si nos pasa cada 28 días por cuestiones mucho menos importantes… ¿cómo no vamos a estar super sensibles por tener un hijo??? Finalmente, pasada la cuarentena, vas cayendo que se te pasó más de la mitad de la licencia. Y ves que tus días no tienen la cantidad de horas necesarias para sumar “trabajo” a tu agenda. Y entonces te empezás a preguntar ¿Qué saco? No me baño, duermo cuando el nene toma la teta y me saco leche cuando venga alguien a visitarme. A ver si así puedo dormir 3 o 4 horitas de corrido y trabajar… medio día (¿?) sin dormirme sobre el teclado.
Pero la hazaña no termina ahí. Ahora empieza la culpa. Que de las 7 horas que trabajás (porque te regalan una por lactancia –¡eso es comprensión!-) 6 y media te aturde repitiéndote que NO ESTÁS. Y aunque vos tengas la cabeza en casa, tenés que ponerte a laburar. Acordarte lo que hacías, cómo lo hacías y tratar de hacerlo más o menos igual. O pasado el año de lactancia te van a rajar -sino encontraste un suplente en tu lugar-. Entonces ya no lo pensás. Sabés fehacientemente que no te va a dar la vida para todo. Y ahí vuelve la culpa. Que te hace llamar cada 2 horas, comprarle ropita, llenarlo de peluches... Y con todo eso, te hacés acordar a tu mamá. ¡Uf! Entonces reflexionás: ya va a cumplir 15 y va a ser él el que se vaya, sin sentir ninguna culpa.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Ser madre no es negocio


Después de recibir varios piropos de lectoras sobre la función social y educativa de este Blog, me dije: ¡Tenés que contárselo a todas! Y acá estoy, torturando a las teclitas, envenenada por dentro y casi como el increíble Hulk pero en versión roja por fuera porque con la guita no se jode!

Y no lo digo por el master en pañalería que tenés que hacer para encontrar el pañal que mejor se banca tu bolsillo y la colita de tu bebé, sin gastar en OxyPower lo que no gastaste en pañales. Tampoco lo digo por la leche maternizada, que por su precio debería estar entre los productos de lujo, cerrados bajo llave y con alarma. Menos aún me refiero a la ropita de marca que apenas le ponés dos veces y no le entra o te la cagó tanto que el lamparón más chico parece el logo de Art Attak.

Lo digo porque que el otro día, cuando revisaba el resumen del banco, me di cuenta de que mi aguinaldo se había reducido a la mitad. Y como de por sí ya se cobra medio aguinaldo, éste era la mitad de la mitad. O sea un cuarto. Enseguida consulté con administración y a qué no saben qué (Sentate porque lo que vas a leer es fuerte): Resulta que en el sector publicitario, a quien se toma licencia por maternidad no le corresponde cobrar el aguinaldo por esos 90 días no trabajados. Y eso no es todo. Tampoco les corresponde pagarte la prepaga.

¡INCREIBLE! ¡INDIGNANTE! ¡INSOLITO! ¿Y ahora me lo venís a decir? (diría el de todos contra Juan) ¡Cuando el bebe tiene 5 meses y uno cuenta con esa guita a fin de año! Amigas lectoras, ¿Esto es así? ¿Esto es ley? Porque no tiene ni la más mínima lógica que te saquen guita y cobertura médica cuando más la necesitás! Yo ya sabía que ser mamá no era redituable. Pero tampoco ir a pérdida, no? Hoy más que nunca leé, reenvía a tus amigas y comentá este post. A ver si entre todas nos enteramos qué derechos y obligaciones nos corresponden, por el simple hecho de tratar ser madres sin dejar de ser trabajadoras.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Perrrrmiiiisooooooo!!!


Hace algunos años atrás, cuando todavía no estaba ni en mis planes ser madre, tenía una autoritaria idea sobre los carritos de bebes y las veredas. Que tengan un horario predefinido para salir. De 8 a 10 y de 15 a 17 los fines de semana, por ejemplo. Así podrían hacer las compras sin chocarse con nadie.
Pero todo cambió. Hoy soy yo la que camina detrás del carrito y esta nueva óptica me mostró un sinfín de personajes que pueblan las veredas porteñas.
Para empezar, Mauricio, arreglaste muchas calles pero de vereda, ni una! ¿Qué onda? ¿Te votan sólo los que tienen auto?
Después, las viejas que se cuelgan mirando al bebe dentro del cochecito, como esperando que él les haga algo. “Señora, circule por favor! Me está piqueteando la bajada a la calle, ojeando al chico y encima pretende que le haga show?
Otro especímen, son los que andan por la vereda en riel. Gente que no parece que camina, sino que rueda casi, siempre por el mismo lugar. Inalterable. No es capaz de moverse un centímetro, así se le ponga enfrente el que entrega los pedidos del super, la Mole Moli o Jessica Cirio. El tipo sigue por su senda imaginaria y ni se te ocurra hacerle frente, porque te pasa por arriba sin esbozar ni una disculpa. Obviamente para tipos como este, un carrito es trasparente. Porque va al ras del suelo, no tiene cabeza que le tire miradas con puñales, ni bíceps de patovica que lo cague a piñas, ni la voz de Narcizo Ibañez Menta para que aunque sea le pegue un susto.
Además, matizan las vísperas navideñas, todos esos renovados vendedores ambulantes que ya descaradamente okupan tres cuartas partes de las anchísimas veredas, ya colmadas de enfermos consumistas. Lo que genera que en un ráudo paso del carro por su manta, tu bebé casi sin darse cuenta ligue algún collarcito hippie, que bien le podría quedar a tu cuñada.
Ahora los peores participantes de esta fauna son los tacheros. Esos hijos de un tren y 700 vagones de putas que te ven recontracargada de bolsas, el carrito, el bebé deshidratado, hacen 42 grados a la sombra, vos le hacés seña y hace que no te ve. O peor: te para y cuando girás para subir el carro, se hace el boludo y te dice que lo llaman del radio!!! Eso no es maldad, es hijaputez! Definitivamente, si hay algo que las fiestas no son, es felices.

martes, 7 de diciembre de 2010

LACTANCIA. La única diferencia entre la vaca milka y vos, es el violeta.


De acuerdo al Manual del Pediatra Bonaerense y la Guía de Buenas Prácticas de la Puericultora, los bebés recién nacidos deben comer entre 7 y 8 veces al día. Lo que dividido por las 24 horas del día, nos daría que los pequeños gurrumines necesitan estrujarte más o menos cada 3 horas. Pero lo que nadie te dice que ese “cada 3 horas” NO ES “cada 3 horas”. Sino cada cuanto se le cante. Porque si tu hermoso retoño te succionó de 9 a 10:30, las 3 horas se cumplirían a las 13:30 pero como su hambre no entiende de números, le vas a tener que dar la teta sí o sí a las 12, porque la hora que cuenta es la del comienzo sin importar a qué hora terminó de tomar. O sea que puede comer más que dormir!
Para que te des una idea, es como en un casamiento. Aunque vos arrancaste con la picada tipo 22, seguiste con los platos y hasta limpiaste el plato del de al lado, cuando a la 1 de la mañana llega el postre, te lo devorás.
Volviendo a los bebes, lo más terrible no es sentir que la teta ya no es nuestra sino más bien una extensión conectada permanentemente a nuestro hijo. Lo más macabro de todo es caer el el ciclo del insomnio. Una seguidilla de situaciones nefastas concatenadas entre sí, para hacer de tu vida un infierno. Arrancás a eso de las 2 de la mañana para darle la teta. Sueñito de por medio se hacen las 3:30. Aunque no sabés cuánto comió, tratás de hacerle el “provechito” -que es algo así como el ISO 9001 contra cualquier ahogo mientras duerme-. Con tanto sarandeo, el bebé digiere y como cualquier ser humano, descome. Lo que te lleva a cambiarle el pañal. Ahí ya son las 4.30 y el pibe tiene más pilas que el conejito de Duracell y te mira con cara de “¿Vamos a jugar?”. Esquivando tus propias ojeras, caminás, le cantás y lo arrullás con todos los Cds de Babys and lo que sea… Y sí… se hicieron las 5.30. ¿Y a que no sabés qué? LE AGARRÓ HAMBRE DE NUEVO!! Y si le das teta se va a cagar de nuevo, y le vas a cambiar el pañal de nuevo, y otra vez a arrullarlo… y podemos seguir así hasta que cumpla 1 año o te hinches tanto las pelotas, que por tu salud mental, le des una mamadera para que morfe en 10 minutos y se duerma al toque.
A este ritmo no hay tapaojeras ni pareja que aguante! Tu buen humor es apenas un recuerdo. Tu vida se limita a tu cama, el moisés y el cambiador.Y lo más loco que hacés, es arreglar con tu mamá, hermana o marido para que te cuide al nene 20 minutitos, así te podés bañar! :S Y es ahí, bajo la ducha cuando pensás: Qué vida la de la vaca, eh… ¡Sólo la ordeñan 2 veces al día!

viernes, 26 de noviembre de 2010

No confunda gordura con hinchazón


Haciendo uso del Gataflorismo que se les adjudica a las mujeres y aún corriendo el riesgo de quedar como una histérica que no hay “P…” le venga bien, por mi post anterior “A ver un asiento para señora por favor”, lo voy a gritar a los 4 vientos: BASTA de cederme el asiento en el bondi/subte! Señor/a pasajero/a: No estoy embarazada, estoy gorda! Desafío a los más de 10 personas que durante toda esta semana me taladraron con sus invitaciones a subir 13 kilos en 9 meses y bajarlos en 4!
¿Es necesario que cada vez que una cambia de estado suba al medio de transporte con una pancarta naranja que identifique su situación de gravidez? ¿Es tan difícil comunicarse entre seres humanos? Estoy repodrida de tener que responderle “No gracias” a los que casi con vos de madre mandona te dicen: “Sentate por favor!” Y sobretodo hay gente sorda o estúpida. Porque si le dije que NO al señor que se sienta al lado tuyo, ¿porque vos 15 minutos después insistís con me siente? ¿Acaso tu asiento es más mullido? ¿O es sólo para avergonzarme con todos los que no me escucharon la primera vez que dije "No estoy embarazada, gracias"?
Pero volviendo a la contradicción de ambos posts. A ver si entiendo su lógica. Una panza de 5 meses, con unos 4/5 kilitos de más SÍ merece un asiento, ya sea por un futuro bebé, una incontrolable adicción al helado, un atracón de fin de semana, o una convención de pedos! Pero bajo ningún concepto, una desbordada panza de 9 meses y medio NO lo merece? Nah! Claro, seguro que a más panza, más equilibrio, por lo tanto, menos probabilidad de caerse, sobretodo en un 60 con 20 minutos de atraso!
Creo que después de tantos viajes saqué una conclusión. Me voy a tomar sólo bondis/subtes vacíos así me siento y nadie me dice lo que tengo que hacer, o le doy bola a Lita de Lazzari y camino, señoras ca-mi-no!

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El oficio de ser mamá


Hace 4 meses, 19 días y 5 horas que la llegada de Joaquín agregó un nuevo título a mi vida: mamá. Lo primero que sentí creo que aún hoy no lo puedo explicar. Una mezcla de felicidad con cagazo. Un millón de ¿Y ahora qué hago? ¿Cómo lo agarro para no desnucarlo? ¿ 7 veces al día hay que darle teta? ¿De veras sólo duerme 3 horas seguidas? ¿Cómo lo limpio antes de ponerle el pañal?
Y ahí la felicidad se te va mezclando con la lista interminable de consejos de la puericultura, que ya va por el 5to tip de lactancia y vos ya no te acordás del 1ero. Ella se va y cae la médica de guardia que te dice cómo tenés que lavarte los puntos y cuidarte los pechos. Otros 10 tips que no se te tienen que mezclar con los anteriores. La puerta se abre una vez más y por fin entra la de la Nursery que viene a rescatar a la criatura. Vos la llamaste porque el bebe no dejaba de llorar y no sabías porqué. Ella muy suelta de cuerpo te dice “Tiene hambre” mientras el bebe abre y cierra su boquita sobre su dedo índice, al mejor estilo pac-man. Ah! Y lo mejor: el puerperio comienza a manifestarse en tu carácter: no sólo te sentís la peor madre del mundo por matar de hambre al recién nacido, sino que además, sentís que ni siquiera lo conocés un poquitito para saber qué le pasa. Horrible.
¿Viste qué poco te dejaron disfrutar tu felicidad? Y aprovechá mientras estés en la clínica. Porque cuando llegues a tu casa no va a haber enfermeras que te lo hagan dormir, ni puericultora que te saque leche para después y menos un médico que le calme el llanto con originales posturas brazos. ¿Algún consejo? Sí. No sigas ningún consejo y entrá en armonía con el cosmos. Porque como diría Víctor Sueyro en los 80s por Telefé, “esto, recién empieza!!!”

jueves, 1 de julio de 2010

¿Macho dijo la partera?


Luego de leer los posts de este blog, creemos que muchas mujeres podrían haberse cuestionado: ¿Y por qué ellos no pueden quedar embrazados y dar a luz? Si más de una vez son los que piden tener hijos. Si los disfrutan igual o más que nosotras. Si son 50% responsables de esa criaturita. Aunque después una deba darles de mamar -que es ootro tema (diría Santo), ¿no sería genial que pudieran vivir en carne propia el embarazo e incluso parir? Por fin la ciencia nos promete algo muy bueno:“En un futuro cercano los hombres también podrían ser capaces de dar a luz" Y saben qué: recién ahí vamos a haber logrado la verdadera igualdad de género! ;)

Muchas tal vez recuerden el caso de “Carlo” el filipino” hermafrodita que aseguraba haber nacido con los atributos de ambos sexos, la peli donde Arlond Schwarzenegger daba a luz a Junior, y los tres casos super famosos de los transexuales (Thomas Beatie, Rubén Noé Coronado y Scott Moore) que nacieron mujeres y a pesar de haberse operado, aceptaron quedar embrazados por sentir la necesidad de tener un hijo.

Todas estas noticias rememoraron un viejo dicho de la Reina Isabel II de Inglaterra, quien había ofrecido -varios años atrás- una recompensa de un millón de libras al primer hombre que quedara embarazado. -Chicos, creo que vale la pena pensarlo.- Ya lo dijo Darín en Nueve Reinas: “Putos sobran, lo que falta son financistas”.

Así que mientras te imaginás al filipino tocándose la panza, en vos y tu pareja “gordita” disfrutando de la guita de la Reina Isabel, y qué distinto podría ser tu vida si durante esos nueves meses vos sos la que pregunta “¿Te sentís bien?" Y él es quien vomita, tiene ciática y hace “tour de baños”. Tomate 30 segundos y contame ¿no sería genial que sí pudieran? Mientras pensás el comentario que me vas adejar, mirate el videito que publicó el DiarioCriticotv.com (http://www.diariocritico.com/tv/video/1847/hombres-nacimiento-parto.html)sobre qué piensan algunos españoles sobre el tema.